viernes, 14 de marzo de 2014

LAS LENGUAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.


Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez, su amada esposa Esther, y su hijo
Lic. Joel Obed Sánchez Castro quien contrajo matrimonio civil el
13 de marzo de 2014.
Versículo clave: Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Marcos 16.17-18

Objetivo: Establecer que, en la economía divina, la glosolalia manifestada a partir del domingo de Pentecostés obedece a un plan establecido y revelado en las Escrituras desde el Antiguo Testamento y en la vida y predicación del Señor Jesucristo.
LAS LENGUAS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Resulta sorprendente  que haya cristianos con la Biblia en la mano, y que estén completamente ajenos ya no a la experiencia sino cuando menos a la información bíblica acerca de hablar en otras lenguas. Por eso, en este capítulo, veamos primero lo que dice el Antiguo Testamento y luego lo que dice el Nuevo Testamento acerca del tema, pero antes del domingo de Pentecostés.
Hay una alusión directa a la manifestación de las lenguas en Isaías 28.11-12 dice: “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír”
Resulta claro que este pasaje tiene dos aplicaciones. Primero, se aplica a los líderes religiosos llenos de soberbia en los días de Isaías que desoyeron la amonestación del profeta, ridiculizándolo y diciendo de manera extrema que Isaías quería adoctrinarlos con cuentos para niños.
Por la testarudez de dichos líderes Dios enviará a un invasor foráneo, Asiria, cuya lengua les parecerá una jerigonza, y que además, dicho invasor emitiría juicios contra ellos en lengua extraña.
Y algunos teólogos opositores a la manifestación de las lenguas en la iglesia, se conforman con esta explicación que es correcta pero no completa.
¿Por qué? Porque Pablo guiado por el Espíritu Santo cita este mismo pasaje en I Corintios 14.21 cuando dice: “En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor” y lo relaciona con el uso del don de diversos géneros de lenguas y el don de interpretación de lenguas, afirmando que su uso es correcto, pero debe tomarse en cuenta que es señal para los incrédulos, y no para los creyentes.
Quede claro entonces, que las extrañas lenguas enunciadas por Isaías son un antecedente bíblico de la glosolalia, hecha manifiesta desde el día de Pentecostés en que se derramó el Espíritu Santo.
LAS LENGUAS EN EL MINISTERIO DE  JESUCRISTO
Uno de mis maestros de Teología, me enseñó que Jesucristo no habló en lenguas, y sin embargo estuvo lleno del Espíritu Santo, entonces, concluía él; “yo también puedo estar lleno del Espíritu Santo sin tener que hablar en lenguas”. Por mucho tiempo consideré uno de los razonamientos correctos y favoritos, porque yo mismo ignoraba las Escrituras. Un día leyendo la Biblia descubrí lo contrario. Mis dogmas anti pentecostales se hicieron trizas.
 El Señor Jesucristo mismo oró en otras lenguas, y resulta altamente significativo que lo haya hecho frente a la muerte.
*Cuando oró por la hija de Jairo para resucitarla. Al leer la historia de la resurrección de esta niña, leemos claramente en Marcos 5.41: “Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate.”
Mi maestro de de Hebreo en la Comunidad Teológica de México, Dr. Gonzalo Báez Camargo, y campeón en combatir frontalmente a los pentecostales, me enseñó en las aulas, que en este pasaje de Marcos 5.41, no hay ningunas lenguas extrañas, es un simple arameo arcaico.
Y eso mismo enseñé por varios años con toda sinceridad. En 1971, mientras yo cursaba Psicología en la entonces Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, fui invitado para una cruzada de salvación en Monterrey Parck (Los Ángeles USA). Al pedir permiso a mis maestros para faltar a la universidad por una semana, uno de ellos, el de Psicolingüística me dijo: “mira si vas a la los Ángeles, procura visitar al Dr. Stockwell, investigador en la Universidad del Sur de California, les das mis saludos y le pides los resultados de sus últimas investigaciones sobre Psicolingüística”. Así lo hice.
El Dr. Stockweel me recibió con mucha amabilidad. En síntesis me explicó lo siguiente: Los idiomas van evolucionando. Los más antiguos son descriptivos, los más recientes son cada vez más conceptuales. Por esta razón, los idiomas más antiguos requieren de más palabras para expresar un pensamiento completo, entre tanto, los idiomas más evolucionados requiere de menos palabras para expresar un concepto.
Lo anterior me abrió los ojos con relación a Marcos 5.41. A partir de los descubrimientos de Stockwell, entendí que la expresión “TALITA CUMI” QUE USÓ Jesús nada tiene que ver con una lengua arcaica, muy por el contrario. Al examinar esta expresión estamos frente a un idioma más evolucionado que el Español del siglo XXI.  ¿Por qué? Porque para decir TALITA CUMI, en nuestra lengua, dos mil años después de Cristo, necesitamos 6 palabras: “Niña, a ti te digo: Levántate”
*Cuando oró en la cruz del calvario a la hora de su propia muerte. Ha habido una tradición rabínica que ha sustentado que cuando venga el Mesías, orará con el salmo 22.
Sobre la cruz del Señor se colocó una leyenda, causa de su crucifixión. Dicha causa pues escrita en tres idiomas según menciona Lucas 23.38: “Había también sobre él un título escrito con letras griegas, latinas y hebreas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS” La pregunta aquí sería, ¿por qué estos tres idiomas? Porque eran los principales en los cuales casi todo habitante de Jerusalén podía comunicarse.
Cuando Jesucristo agoniza en la cruz, tiene una exclamación, de acuerdo a Mateo 27.46.47, veamos. “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.” ¿En qué idioma estaba hablando el Señor Jesús aquí? Seguramente que no era Hebreo, ni Griego, ni Latín.
¿Por qué podemos afirmarlo? Porque nadie de los que estaban cerca de la cruz, le entendieron. Por el contrario, creyeron que el Señor estaba invocando a Elías. Un entendimiento equivocado.
Cuando Mateo dice: “Esto es” nos transmite lo que el Espíritu Santo le reveló respecto de esas lenguas desconocidas que usó el Señor Jesús frente a su muerte. Entonces, sin forzar las Escrituras de ninguna manera, descubrimos que en este pasaje el Señor Jesucristo habló en lenguas extrañas.
LAS LENGUAS EN LA GRAN COMISIÓN.
Una vez que Jesucristo resucitó de los muertos, al aparecerse a sus discípulos y darles la gran comisión, les dijo, según Marcos 16.14-18: Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado. Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios hablarán nuevas lenguas;  tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”

Resulta altamente significativo que cuando el Señor Jesús enlistó las señales que seguirían a quienes creyesen en Él, para ninguno de sus discípulos fue extraño, que ellos hablarían en lenguas. Es probable que al haber estado con Jesús tres años y medio, y al haber tenido ellos la oportunidad de conocerle de cerca; le hayan visto y oído orar en otras lenguas, por lo cual, ahora el gran mandamiento involucrando estas señales, les resultan familiares.

De cualquier manera, lo que nadie puede negar es que en la mente y en el corazón del Señor Jesús estaba el recurso de la oración en el Espíritu  para sus discípulos.

CONCLUSION

Podemos notar al final de este capítulo, que el fenómeno de la glosolalia en la iglesia tiene un antecedente tanto en el Antiguo Testamento como en el ministerio mismo del Señor Jesucristo. Por eso, seguramente los capítulos que vienen a continuación en el escrutinio de las Sagradas Escrituras, serán de gran ayuda a quienes tienen hambre de las cosas del Señor.

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