lunes, 29 de julio de 2013

FILADELFIA VISIÓN, VÍA INTERNET

UN CANAL QUE EXALTA A JESUCRISTO


Transmitimos los culktos en vivo:
Domingos: 7 am, 8.30 am, 11 am, 1.30 pm, 4 pm. y 7pm
Lunes 7 pm
Martes 7 pm
Miércoles: 11 AM, 4 PM Y 7 PM
Jueves 7 pm
Viernes 11 amn, 4 pm y 7 pm
Sábados DE LAS 8 AM A LAS 12: clases de la FACULTAD EVANGÉLICA DE TEOLOGÍA.
Además de eventos especiales como el MODULO DE ESCATOLOGÍA.

Visitanos y corre la voz. Te lo agradeceremos.

viernes, 19 de julio de 2013

¿ ES GENUINO EL MOVIMIENTO CARISMÁTICO DENTRO DE LA RELIGIÓN ROMANA?


Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez presentando a Ricardo
González Zepeda quien padeció de un cáncer en el hueso de
la mandíbula y a quien Jesucristo sanó con la oración de fe
de los siervos de Dios en Filadelfia-GAM
Pero, definamos el término CARISMATICO. Viene de la voz griega KARSIMA, que significa DON Y SE APLICA directamente a los dones del ESPÍRITU SANTO. Al uso y vigencia de estos dones. Y a la manifestación que conllevan los cultos de corte Pentecostal.
MOVIMIENTO CARISMÁTICO EVANGÉLICO.
A finales del siglo XVIII surge en Pentecostalismo actual.


La Renovación Carismática Católica o Movimiento Carismático Católico es un movimiento presente usualmente (pero no solamente) bajo la estructura organizada, que proviene históricamente del neo pentecostal evangélico, en el marco del clima del Concilio Vaticano II; así, fue acogido en el catolicismo por convenir a sus intereses de absorber a las iglesias evangélicas, pues creyó que era más fácil el Ecumenismo dando apertura al movimiento carismático, sin embargo le ha sido contraproducente. Claro que los teólogos católicos justifican el hecho diciendo que aceptaron el Movimiento carismático por ser una experiencia original y esencialmente católica. Lo cual es falso. Pues el surgimiento del catolicismo terminó por extirpar toda manifestación carismática en la iglesia primitiva.


Las experiencias neo- pentecostales llegaron primero a las Iglesias protestantes históricas (como la anglicana o luterana). La expresión renovación carismática proviene del ministro luterano Harald Bredesen quien, en 1962, comenzó a emplear el término «carismático» para describir lo que estaba pasando en las Iglesias protestantes históricas, las más tradicionales. Confrontado con el término «neopentecostal», habló de una «renovación carismática» en las Iglesias históricas.2
En ese sentido, sería más preciso hablar de «renovación carismática» en la Iglesia católica, anglicana, luterana, etc. Tal es el nombre, por ejemplo, de la renovación carismática de los católicos alemanes: Charismatische Erneuerung in der Katholischen Kirche.
Sin embargo, no se puede jablar de un solo brote carismático dentro de la religión Católica, pero si podemos enunciar alguno de los más notorios.
Tuvo sus orígenes en 1967, cuando un grupo liderado por William Storey y Ralph Keifer, dos profesores laicos de la Universidad de Duquesne, en Estados Unidos, decidieron orar juntos, para pedir el bautismo en el Espíritu Santo. Por influencia de dos jóvenes laicos del Cursillo de Cristiandad, Ralph Martin y Stephen B. Clark, leyeron un libro pentecostal llamado La Cruz y El Puñal de NIcky Cruz, evangelista pentecostal famoso de origen portoriqueño, en donde se narraba el ministerio cristiano del pastor pentecostal David Wilkerson entre pandilleros neoyorkinos. La lectura llevó a los interesados a acudir por indicación del párroco episcopal de la iglesia Christ Church (Pittsburgh), a un grupo de oración ecuménico, en casa de Florence Dodge, una presbiteriana carismática, en donde recibieron su primera manifestación pentecostal en el Espíritu Santo. Luego habrían recibido el llamado "don de lenguas" y otro tipo de carismas, como el de sanidad, que son típicos de toda corriente pentecostal o carismática en cristianos evangélicos. En poco tiempo el "fuego" se propagó a otras universidades, como Notre Dame, en Indiana y East Lansing, en Míchigan.
Del 8 al 9 de abril de 1967 noventa personas, entre ellas algunos sacerdotes, se congregaron en la Universidad de Notre Dame en un retiro, para reflexionar sobre los acontecimientos producidos en sus vidas, así como contextualizar la experiencia carismática dentro del libro de los Hechos de los Apóstoles, así como una nueva comprensión de la acción del Espíritu en la iglesia, produciéndose entre ellos una fuerte experiencia con el Espíritu Santo. La narración centrada en la experiencia de Duquesne la recogió el teólogo Kevin Ranaghan, y la relata en su libro Catholic Pentecostals (Pentecostales Católicos), y la experiencia de Notre Dame está más desarrollada en el libro de Edward O'Connor, The Pentecostal Movement in the Catholic Church (El Movimiento Pentecostal en la Iglesia Católica)


Puede notarse que el movimiento genuino de estas manifestaciones carismáticas siempre principian entre cristianos evangélicos y luego pasa a los católicos.
La Renovación Carismática Católica, llegó a lugares como América Latina como una importación eclesial traída de Norteamérica con las novedades del post Concilio Vaticano II. Para los carismáticos norteamericanos era normal que católicos y protestantes colaborasen porque provenían de una sociedad plural, con muchas denominaciones evangélicas, coexistiendo, dado que la tolerancia es exigencia de la paz social y porque la Iglesia católica comenzócon su proyecto ecuménico para que los protestantes regresen al seno del catolicismo. Y vieron en el Movimiento carismático posibles puentes de reconciliación entre cristianos. Por todo ello, se ensayaron iniciativas de grupos y comunidades interconfesionales e incluso grandes asambleas ecuménicas, como la de Kansas City, Misuri en 1977.
A mediados de julio de ese año cincuenta mil personas se reunieron allí, en lo que fue conocido como la Conferencia de Kansas City sobre la Renovación Carismática en las Iglesias cristianas.
Y de ese número se podía contar bautistas, pentecostales, presbiterianos, luteranos, católicos, episcopales, menonitas, ortodoxos, judíos mesiánicos, y grupos no denominacionales. Allí, el cardenal Suenens compartió el púlpito con el obispo de la Iglesia protestante del movimiento de Santidad más grande de los Estados Unidos en ese momento.
El trasfondo de los protestantes latinoamericanos, sin embargo ha frustrado a la jerarquía romana que en su momento vio en el Movimiento Carismático una puerta para ganar a los protestantes y regresarlos a Roma: La mayoría de los cristianos evangélicos en América Latina, sigue siendo de conversos al protestantismo de primera generación. Que han tenido una verdadera conversión a Jesucristo, dejando atrás los ídolos mudos y tantas supercherías, leyendas y simulaciones del catolicismo. Esto suele darles una actitud firme de rechazo a cualquier nexo frente al catolicismo, ya que han aprendido de la Biblia que la luz no tiene comunión con las tinieblas.
A manera de conclusión hay dos vertienes de carismáticos católicos:
1) Los que siguen en la idolatría y no tienen ninguna experiencia genuina con el Espíritu Santo, sino solamente simulan tenerla. Se loe puede reconocer rápidamente porque siguen siendo idólatras, creyendo leyendas y mentiras católicas. En su reuniones luego tienen “profecías” como ésta: “Dice la virgen, no tengan miedo yo los protejo….”
Obvio que dicha profecía es falta, porque si el Espíritu Santo inspiró la Biblia y está inspirando una profecía, el Espíritu Santo no puede contradecirse. El Espíritu Santo exalta a Jesucristo y a Jesucristo solamente (Juan 16) (En la foto católica se celebra el 40 aniversario del movimiento carismático en la religión católica en México)
2) Pero hay otros carismáticos católicos que genuina mente reciben el bautismo en el Espíritu Santo.
Se nota porque de inmediato principian a estudiar la Biblia, abandonan la idolatría y rompen con el catolicismo romano.
En México eso sucedió con MONTE MARÍA: Su página Web dice: “El grupo carismático de Monte María nació el 25 de Abril de 1979. Recibimos a Jesucristo como Señor y Salvador y clamamos en Su nombre la presencia del Espíritu Santo. Desde entonces El gobierna nuestras vidas. Caminamos por y en fé, inspirados por la Palabra Revelada, la Bilblia. Bajamos a las aguas para dar testimonio como verdaderos discípulos de Cristo.Nuestro trabajo es alabar al Padre y edificar su Reino en el Espíritu.Hoy, le invitamos a animarnos mutuamente. Juntos alabemos a Dios en el Santuario de su Presencia.” Dios usó a un sacerdote católico romano para iniciar esta gloriosa obra que ahora es una de las iglesias evangélicas más importantes de México.
El 15 de septiembre de 1981 un grupo de 120 cristianos llegó a este lugar, dónde se estableció como Centro Cristiano Calacoaya, comenzando con las actividades propias de la Iglesia de Jesucristo: Oración, Alabanza y Enseñanza de la palabra de Dios. Por lo que la gente se animó a venir, poco a poco fue recibiendo el mensaje del evangelio, y recibió un toque especial de Dios en su vida.
Dios usó a Gonzalo Vega un sincero católico que trabaja en el Seguro Social, y que al tener su propia experiencia carismática, principió a reunir a sus amigos en su propia casa en Cd. Satélite hasta que rompió definitivamente con el Romanismo y ahora es una mega iglesia cristiana evangélica. (La foto del gran auditorio que mostramos aquí es del Centro Cristiano Calacoaya)
En cuanto al Movimiento Carismático hay que aplicar la regla bíblica: I Tesalonicenses 5.21: “Examinadlo todo; retened lo bueno.”

NUESTRA CONFESIÓN DE FE


Apóstol Dr. Gabriel
Sánchez Velázquez y Obispo
Juan Carlos Balderas del
Sínodo Manada Pequeña de
Kansas USA

            La ICM es parte del Cuerpo de Jesucristo, que el Señor ha levantado para que glorifique su Santo Nombre, predique el Evangelio y haga discípulos en México, América Latina y hasta lo último de la tierra.
La ICM acepta y profesa la sana doctrina que han recibido y profesado los verdaderos cristianos de todos los tiempos, y en todos los lugares, desde los primeros 120 discípulos que fueron bautizados en el Espíritu Santo en Jerusalén.
La ICM no tiene doctrinas particulares o distintivas, sino que más bien acepta TODO EL CONSEJO DE DIOS, tal  y como está contenido en la Biblia. Pero en beneficio de los recién convertidos a Cristo y como un perfil para la información a otros cristianos y al mundo, se anotan a continuación algunas de estas doctrinas en vías de introducción al estudio de todas la Escritura.
Art. 31. I. EN CUANTO A LA BIBLIA.
1.1.          Su inspiración plenaria. La Biblia es la palabra de Dios. Fue inspirada por el Espíritu Santo, a hombre cuyo espíritu despertó para redactarla. La Biblia es nuestra norma de fe y conducta. Solamente aceptamos lo que ella dice o puede probarse a través de ella.
1.2.          El Canon de la Biblia. La Biblia para su estudio se clasifica en dos partes llamada: Antiguo y Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento se integra de 30 libros, a saber: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Ruth, I y II de Samuel, I y II de Reyes, I y II de Crónicas, Esdras, Nehemías, Esther, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías y Malaquías.
El Nuevo Testamento se integra de 27 libros, a saber: Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Hechos de los Apóstoles, Romanos, 1y 2a a los Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1y 2a a los Tesalonicenses, 1y 2a a Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago, 1y 2a de Pedro, 1a, 2a y 3a de Juan, Judas y Apocalipsis. (II Tim. 3.16, II Pedro 2.19-21, Isaías 40.8, Sal. 119.105).
1.3.          Los Libros Apócrifos. Los libros apócrifos que el Romanismo añadió el Antiguo Testamento en 1557, no son parte de las Escrituras. Estos libros son: Sabiduría, Eclesiastés, Tobías, Judith, II y II de Macabeos y Baruc. (Deuteronomio 4.2, Apocalipsis 22.18).
Art. 32. II. EN CUANTO A DIOS.
2.1.          Su naturaleza. Dios es uno, Espíritu (sin cuerpo), infinito, eterno, perfecto e inmenso. Es omnisciente, omnipotente y omnipresente. Dios es justo, amoroso y santo. Es el creador de todas las cosas visibles e invisibles. (Sal. 139.1-18, Deut. 6.4, Juan 17.11, I Cor. 8.6, Col. 1.16).
2.2.          La Revelación de Dios. Dios es uno y no varios. Él es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Para efectos de la salvación al género humano y redención de la creación, El Padre muestra su amor, El Hijo muere por nuestros pecados, y el Espíritu Santo aplica a nosotros la salvación. (Is. 13.10-13, Is. 44.6-8, Deut.32.39, Apoc.22.13, I Juan 3.16, Juan 3.16, Juan 2.5-8, Efesios 1.3-14).
Art. 33. III. EN CUANTO A JESUCRISTO.
3.1  Su deidad y humillación. Jesucristo es Dios, Hijo del Padre, quien por amor al hombre encarnó para morir en el Calvario y con su muerte pagar el precio de la salvación de toda la humanidad. Jesucristo desde su encarnación y ahora en su glorificación es Dios y hombre, sin pecado. (Juan 1.-3, Juan 14.13, Fil.2.5-8, Hech.4.15, II Cor.5.21, Heb.9.14, I Pedro 2.22).
3.2  Su resurrección corporal y glorificación. Jesucristo resucitó con su mismo cuerpo, sólo que éste glorificado. Su Nombre fue puesto por sobre todo nombre. Ascendió al cielo, y está a la diestra del Padre, y toda ñengua confesará que Él es el Señor de señores. (Luc.24.36-45, Fil.3.21, Fil. 2.9-11, Hech.2.33, Hech.5.31, I Cor. 15.12-17).

Art. 34. IV. EN CUANTO AL ESPÍRITU SANTO.
4.1.          Su deidad y acción salvífica. El Espíritu Santo es Dios, no una fuerza. El Espíritu Santo convence de pecado al hombre, antes de su conversión; produce en el hombre arrepentido el nuevo nacimiento; y en el hombre salvo produce santificación y poder. (Gén.1.2, II Tim 3.16, II Pedro 1.21, Hech.5.3-4, Juan 16.13, Gál. 5.22-25, Rom. 3.11).
4.2.          Su ministración al cuerpo. El Espíritu Santo es el Consolador que guía a la Iglesia a toda verdad, y la provee de dones. únicamente el Espíritu Santo revela el significado de las Escrituras a los cristianos. Cristo vive a través del Espíritu Santo en el cristiano. El Espíritu Santo produce el fruto del Espíritu y la vida de Cristo. (Juan 14.16, Juan 14.26, Juan 16.7, I Con. 12.5, Gál. 5.22-23)
Art. 35. V. EN CUANTO A LA SALVACIÓN.
1.1.          El Origen del hombre. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. El hombre era inocente y tenía comunión perfecta con su Creador. Dios creó al hombre con espíritu, alma y cuerpo. (Gén.1.26-27, Gén.3.7-8, I Cor.11.7, I Tes. 5.23).
1.2.          La caída del hombre. El hombre desobedeció a Dios y rompió esa comunión cayendo en pecado. El pecado entró por Adán, y por el pecado la muerte espiritual pasó a todos los hombre. (Gén.3.24, Rom.5.15-17).
1.3.          La imposibilidad de una autojustificación. La condición del hombre es tal que nunca podrá justificarse delante de Dios por sí mismo; ya que mientras el hombre esté separado de Dios, sus mejores juicios son como trapos de inmundicia. (Rom.3.23, Ef.2.8-9, Is.64.6).
1.4.          La salvación por la fe sola. La salvación es un regalo de Dios. Dios la ofrece atodos los hombres gratuitamente, como un favor inmerecido. El hombre que al escuchar el Evangelio se arrepiente de sus pecados y acepta por la fe el señorío de Jesucristo en su vida, recibe la salvación. (Efesios 2.8-9, Rom. 3.21-25, Rom. 5.1, Rom. 10.9-11, Tito 3.4)
1.5.          La predestinación universal. La voluntad de Dios es que todos los hombres sean salvos, no únicamente algunos. El sacrificio expiatorio de Jesucristo en la cruz es suficiente para perdonar los pecados de toda la humanidad. Pero Dios ha dado albedrío a cada ser humano, para recibir o no dicha salvación.(II Pedro 3.9, Hebreos 2.9, Tito 2.11, Tito 3.4, Juan 3.16-17, I Juan 2.2).
1.6.          La seguridad de la salvación. La salvación es un regalo incondicional de Diosque el hombre recibe por la fe, voluntaria y conscientemente; y no puede perderla a menos que renuncie categóricamente al señoría de Cristo y rechace en forma permanente la gracia de Dios. (Ef.2.8, Heb.6.7-8, Rom.11.29, Juan 10.28).
1.7.          La salvación como experiencia. La salvación es una experiencia personal y presente. Sucede en el mismo instante en que el hombre recibe a Jesucristo. (Rom.10.9, Rom.8.1, Mar. 16.16, Apoc.3.20).
1.8.          La regeneración del hombre. El hombre, al ser salvo, es justificado, regenerado y adoptado como hijo de Dios; de tal manera que manifiesta la realidad de su salvación con una nueva vida que procura agradar al Señor en todo. (I Cor.6.11, II Cor. 3.15-17, Juan 1.11-13, Gál.2.20, I Tes.2.4).
1.9.          La santificación como posición y como don. Un cristiano es visto por Dios como un hombre santo, porque lo ve a través de la sangre de Cristo. El cristiano anda santamente porque Jesucristo lo santifica. Sin santidad nadie verá al Señor, Dios ha iniciado en el corazón de cada cristiano una buena obra que Él perfeccionará para el día de Jesucristo. (Fil.1.6, Heb.10.10, Ef.1.6, II Cor.5.17, Heb.12.14, T Tes.4)
1.10.       La restauración del caído. Si el creyente cae en pecado y se arrepiente, Dios lo perdona y lo restaura. El cristiano al pecar pierde la comunión con el Padre pero no su relación de hijo. (I Juan 2.1-2, I Juan 1.9, Gál. 6.1-2).
Art. 36. VI. EN CUANTO AL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO.
6.1.          Como se recibe. Jesucristo es el bautizador con el Espíritu Santo. En el modelo neotestamentario, cuando se derramó el Espíritu Santo sobre un grupo de creyentes, estos oraron  y magnificaron a Dios en otras lenguas y recibieron poder para testificar. El bautismo en el Espíritu Santo al igual  que la salvación se recibe por la fe, por lo tanto un cristiano puede hacer suya la promesa del bautismo y tener más tarde la manifestación de las lenguas. Puede impartirse por imposición de manos, principalmente las manos de los apóstoles y profetas. (Mat.3.11, Hechos 1.8, Gál. 3.1-5, Hechos 8.17).
6.2.          La señal inicial. El bautismo es una experiencia diferente y viene generalmente después de la salvación. La iglesia sabe inicialmente que un cristiano ha sido bautizado en el Espíritu Santo porque lo oye orar en lenguas. (Hechos 2.1-6, Hechos 10.44-46, Hechos 19.1-6, I Cor.14.2).
6.3.          Las lenguas como oración y como don. En el Nuevo Testamento hay dos experiencias espirituales muy semejantes que no deben confundirse. La oración en lenguas es para todos los bautizados en el Espíritu Santo, tiene una dirección ascendente; el Espíritu Santo a través del cristiano bautizado ora al Padre de modo sobrenatural. El don de hablar en lenguas es para algunos como el Espíritu quiere, tiene una dirección descendente; Dios usa a quien tiene este don para dar un mensaje al pueblo en otras lenguas, donde dicho mensaje debe ser interpretado para que cumpla su función.(Hechos 2.4, Hechos 10.44-46, Hechos 19.6, Romanos 8.26, I Cor.14.2, I Cor. 14.4, I Cor. 14.15, Judas 20-21, I Cor. 12.11-12, I Cor. 12.30, I Cor 14.26-31).
Art. 37. VII. EN CUANTO A LOS DONES Y MINISTERIOS.
7.1.      La vigencia de los dones. Los dones del Espíritu Santo son irrevocables y están vigentes en la Iglesia, mientras esta permanezca en la tierra. (Rom.11.29, Stg.1.17, I Cor. 13.8-10).
7.2.      Deterioro y Restauración. Sin embargo, aún cuando de parte de Dios la vigencia de los dones es constante; la iglesia al perder la doctrina Bíblica, la experiencia de la salvación y el bautismo en el Espíritu Santo, perdió la experiencia de los dones. Sin embargo, Dios en su misericordia, ha traído un nuevo avivamiento espiritual a la iglesia en estos tiempos, de manera que los cristianos principiamos a experimentar la realidad de los dones del Espíritu Santo. (Sal.80.3, Esdras 9, Joel 1.10, Joel 2.19-27, Hech. 2.17-21, Hageo 2.9, Amos 9.11).
7.3.      Repartimiento de dones. El Espíritu Santo reparte sus dones como Él quiere. Suele suceder repartimientos de dones mediante profecía a través de imposición de manos de apóstoles, profetas o del presbiterio. Algunos de estos dones son: Palabra de Sabiduría, Palabra de Ciencia, Fe, Dones de Sanidad, El Hacer Milagros, Profecía, Discernimiento de Espíritus, Diversos Géneros de Lenguas, Servicio, Enseñanza, Exhortación, Repartir con Liberalidad, Presidir con Solicitud, Hacer Misericordia, Sueños, Visiones. (I Cor. 12.4-11, Rom.12.2-8, I Tim. 4.14, II Tim. 1.6).
7.4.      El más excelente don. Así se denomina en las Escrituras al don de profecía. Don que se manifiesta con mayor frecuencia en los cultos y que sirve para consolar, edificar, exhortar, enseñar, convencer al incrédulo. (I Cor.14.1, I Cor. 14.27-29, Hech. 19.6).
7.5.      Ministración con profecía. Todos los bautizados en el Espíritu Santo pueden llegar a profetizar. Debe hacerse por turno y en cada ocasión debe haber cuando más tres profecías. Las profecías deben ser juzgadas por profetas, o ancianos. Las mujeres y los niños también pueden profetizar. (I Cor. 14.27-29, I Cor. 11.4-5, Joel 2.28).
7.6.      La profecía directiva. Un apóstol, un profeta o el Presbiterio de una iglesia, están facultados por las Escrituras para dar profecía directiva, en cuanto al ministerio o la vida de los cristianos.
Puede haber profecías falsas, debemos tener discernimiento.
(Hechos 9.15-17, Hechos 15.32, I Tim. 4.14, Jer. 23.22, Jer.14.14-15, I Tes. 5.20-21).
7.7.      La sanidad divina. Jesucristo llevó nuestras enfermedades al sufrir en el Calvario, y por sus llagas nosotros fuimos curados. Un enfermo puede recibir sanidad mediante la ministración de hermanos que tengan dones de sanidad, la palabra de fe de algún ministerio fundamental, o la unción con aceite por los ancianos. Aún llevando las prendas de algún siervo ungido al enfermo. Hay en algunos impedimentos para recibir la sanidad, aún cuando la voluntad de Dios es que tengamos buenas salud. (Is. 53.4-5, Stg. 5.14, ex. 15.26, Hech.28.8-9, III Juan 2).
7.8.      Ciencia Médica y Medicinas. La ciencia médica es genuina y útil. Dios creó al hombre con inteligencia y todo lo que el hombre logra en forma lícita para su bienestar es bueno. Por lo tanto cuando un cristiano acude a los servicios de la medicina no debe ser juzgado o menospreciado, sino apoyado por la oración. Los cristianos hacemos uso especialmente de la medicina preventiva que incluye: reglas de higiene, puericultura y principios alimentarios. (II Rey. 20.7, I Tim. 5.23).
7.9.      Vigencia de los ministerios. Desde su establecimiento y hasta el rapto, la Iglesia ha sido provista por Jesucristo de ministerios que equipan y perfeccionan a los santos. Básicamente esos ministerios son: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. El dogma de doce apóstoles es falto ya que la Biblia menciona por nombre a más de 17 apóstoles, indicando con ellos que su número es indeterminado. (Ef.4.13, I Cor.12.28, Hech. 14.14, Rom. 16.7, Gál. 1.19, I Tes. 1.1 y 2.6, Hechos 15.32, Hechos 11.27-30) (Cfr. Art. 49-52).
7.10.   Autenticidad de los Ministerios. A un apóstol auténtico se le reconocer por su carácter de toda paciencia, por las señales, prodigios y maravillas que Dios obra a través de su mano. A un profeta auténtico se le reconoce porque ministra consolación con abundancia de palabras y porque confirma la fe de los hermanos. Hay falsos apóstoles y falsos profetas, por lo cual todo ministerio debe ser probado teniendo como norma suprema a la Biblia. (II Cor. 12.12, Hechos 15.32, Apoc. 2.2, II Cor.11.13-15, I Juan 4.1) (Cfr. Art. 53-61).
Art. 38. VIII. EN CUANTO A LA IGLESIA.
8.1.  Integración. La iglesia está integrada por los redimidos en la sangre del Cordero, quienes se han arrepentido de sus pecados, y se han sometido al señorío de Jesucristo. La salvación es independiente de las organizaciones eclesiásticas, nacionalidades o clases sociales. (Mt. 18.19-21, I Cor. 12.12-13, Hech. 2.47).
8.2.  La Iglesia Universal. La Iglesia Universal está establecida entre todos los pueblos del mundo, a través de las iglesias locales, las cuales son interdependientes. La Iglesia por naturaleza es misionera y su vocación es predicar el Evangelio y plantar iglesias locales. (I Cor. 11.17, Ef. 4.4, Col.1.18, Hech.1.18, Hech. 13.1, Hech.15.4).
8.3.  La Iglesia Local. Una iglesia local es un grupo de cristianos en medio de quienes Jesucristo ha puesto un candelero, y que está gobernado por un cuerpo de ancianos u obispos y vinculada a otras iglesias locales mediante los apóstoles y profetas. (I Tim. 5.17, I Pedro. 2.25, Fil.1.1, Tito 1.7)
8.4.  La Lluvia Tardía. Para la iglesia, el pueblo de Israel es un tipo y un reloj profético. El derramamiento del Espíritu Santo por todo el mundo en estos días finales,llamado en las escrituras LLUVIA TARDIA, está sucediendo después del regreso del pueblo judío a la Tierra Prometida. (Joel 1.10; 2.19; 2.23-24; 2.28, Hechos 3.21, Hageo 2.9, Joel 2.19).
8.5.  Restauración de la Iglesia. La Iglesia, después de un tiempo de deterioro, está viviendo una época de restauración antes del Rapto. Dios está restaurando en su Iglesia: la adoración en el Espíritu, el gobierno teocrático, los dones del Espíritu Santo, los ministerios de apóstoles y profetas, y todo lo que ésta había perdido. (Juan 4.24, Hecho. 15.1-8, Hech. 14.14, I Cor. 12.9-13, Ef. 4.11, Rom. 11.29, Joel 2.19).
8.6.  Tiempos de Apostasía. Al mismo tiempo que Dios realiza una gran restauración en su Iglesia; se suscitan grandes apostasías en esos tiempos finales. Algunos serán apartados tras espíritus de error y doctrinas de demonios. (Mt.24.11, II Pedro 2.1-22, Hech. 20.29-30, II Tes. 2.3).
8.7.  El Ecumenismo. El movimiento ecuménico con el romanismo y otras religiones es una apostasía del Evangelio. El ecumenismo es la confusión babilónica de la que nos advierte la Palabra de Dios; por lo tanto los cristianos deben ser totalmente ajenos a toda acción ecuménica. La unidad del CUERPO DE CIRSTO es obra del Espíritu Santo, poniendo en los suyos una misma doctrina y una sola fe. (Apoc. 14.8-9, Juan 17.11, Ef. 3.5, Amós 3.3)
8.8.  La Teología Liberal. La corriente teológica liberal que pretende desmitologizar a la Biblia, es falsa erudición humana, que ha mermado la fe de muchos creyentes sencillos; por lo tanto no debe ser tolerada en la Iglesia. (II Tim. 3.16, II Pedro 1.21, Ef. 4.14, Mt. 22.20). (Cfr. Art. 242).
8.9.  Movimientos Judaizantes. Las corrientes judaizantes que quieren poner relieve a la observancia de la ley mosaica, las prácticas religiosas judías y cualquier actitud o medida que menoscabe la clara proclamación del EVANGELIO DE LA GRACIA no deben ser tolerados por ningún motivo.
Art. 39. IX. EN CUANTO A LAS ORDENANZAS Y PRÁCTICAS.
9.1.  El bautismo en Agua. El bautismo en agua se ministra a quienes se han arrepentido y se han rendido al señorío de Jesucristo: Se ministra inmediatamente después de que alguien recibe a Cristo, o lo más pronto posible después de la conversión. (Marcos 16.16, Hechos 2.41; 8.36-40) (Cfr. Art.247).
9.2.  La Formula Bíblica. El bautismo en agua se ministra EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO, Nombre que está por sobre todo nombre; porque el bautismo en agua es una identificación personal con la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo. En la Biblia no hay dos f´romulas, ya que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo se han revelado en este tiempo bajo el nombre de JESUCRISTO. (Rom6.1-4, Mat.28.4, Hechos 2.28; 8.16; 10.48: 19.5; 22.16).
9.3.  Forma y oficiante. Bautizar significa sumergir. Se bautiza de preferencia en aguas vivas. Los ministerios debidamente establecidos como ancianos o presbíteros ofician esta ordenanza. (Hechos 8.37-38, 16.30-33; 10.74-48).
9.4.  Tergiversaciones. Deben suprimirse el bautismo de bebés y las formas de bautismo llamadas abluciones y aspersión, por contradecir la naturaleza bíblica del bautismo. (Mateo 3.16, Hechos 2.38; 8.29, Marcos 16.16).
9.5.  La Cena del Señor. La Cena del Señor es el memorial de la muerte vicaria de Jesucristo. Se ministra con dos elementos: pan si levadura símbolo del Cuerpo de Jesús y vino, símbolo de su sangre. Tantas veces la celebramos anunciamos la muerte del Señor hasta que Él venga. (Dt.16.4, I Cor. 5.7; 11.23-26;10.16-17; 11.30-32, Mar. 14.12-25)
9.6.  Quienes participan de ella. Los cristianos bautizados en agua presentes toman la Cena del Señor. Si un cristiano se prueba a sí mismo antes de participar de ella, recibe bendición; pero si un creyente la toma indignamente recibe disciplina. A los ausentes por enfermedad, se les lleva la Cena del Señor a sus camas. (I Cor. 11.30-32, Éxodo 12.43-50, Mateo 126.17-29).
9.7.  Tergiversaciones. El sacrificio de Jesucristo fue uno, único, completo, perfecto y suficiente para la redención de todos los pecados. Cualquier pretensión de sacrificar otra vez a Jesucristo es blasfemia. Todo sacrificio incruento es inútil. La transustanciación es antibíblica. Los elementos de la Cena deñ Señor no deben ser adorados. (Hebreros 9.28; 10.12; 9.24-26; 9.22).
9.8.  El lavamiento de pies. El lavamiento de pies es una ministración que el Señor nos manda  hacer. Simboliza que tenemos parte con Jesucristo. Se ministra en forma espontánea. (Juan 13.14-16. I Tim. 5.10, Rom. 10.15, Ef. 6.15, Apoc. 1.15).
9.9.  La forma del lavamiento. Cuando el lavamiento se hace dentro del culto público, los ministerios varones inician la ministración entre los varones; entre tanto que una profetiza o diaconisa preside por separado a las hermanas. (Juan 13.3-15).
9.10.   Presentación de Niños. Los padres cristianos traen a sus hijos recién nacidos para presentarlos al Señor con el reconocimiento de que son una bendición del Señor y de que el Señor nos bendice especialmente cuando son dedicados a Él. (Lucas 2.21-38, I Sam. 1.27-28, Marcos 10.13-16) (Cfr. Art. 127 Frac. 16).
9.11.   La Solemnización del Matrimonio. El matrimonio es una institución divina y el único medio lícito para procrear hijos. Es indisoluble excepto por la muerte de uno de los cónyuges. Es un estado honroso y santo. La iglesia  solemniza la unión de divorciados o incrédulos, en casos especiales, cuando los contrayentes han presentado una justificación válida a juicio del Presbiterio de la Iglesia local y con el visto bueno de su respectivo Obispo de Sínodo;  porque el Matrimonio es un símbolo de la unión que hay entre Cristo y su Iglesia. (Gén.2.18-24, Mat.19.5-6, Juan 2.1-2, Heb.13, Prob. 18.22, Sal. 127.3-4, I Cor. 7.10-11) [Se excluye todo símbolo pagano en la ceremonia, como lazo, arroz y arras con símbolos religiosos] (Cfr. Art. 127 Frac. 15)
9.12.   El Compromiso Matrimonial. Cada joven cristiano buscará la dirección de Dios y el consejo previo de sus padres y sus pastores, antes de iniciar un compromiso matrimonial. Todo compromiso matrimonial debe tener como meta el matrimonio. (I Cor. 7.1-2; 7.8-9, Rom. 12.1-2; 13.13-24).
9.13.   Arribo al Discipulado. A la manera en que Jesús tuvo acceso al Templo de Jerusalén a los doce años, los hijos de los cristianos deben ser preparados por sus padres y sus pastores de modo que crezcan en sabiduría, en estatura y en gracia; de tal manera que a los doce años sean éstos presentados al Señor y tengan su arribo al discipulado con Jesucristo. (Luc. 2.51-52; 2.40-41; Deut. 4.9; 11.19, Prov. 22.6) (Cfr. Art. 127.7)
9.14.   Sepultura de los Difuntos. Los actos fúnebres de los cristianos son un culto a Dios. Hay en ellos gratitud a Dios, consolación a los enlutados, y proclamación de la salvación a los inconversos. El beneficio espiritual de dichos cultos es para los vivos, pues quien murió en Cristo, ya está con el Señor. (Job. 1.21, Juan 14.1-3, Job 14.27, Job 5.11, Rom. 14.8, Juan 14.19; 11.25-26, Hech. 17.22-31). [Se excluye todo símbolo pagano]
9.15.   Saludo Característico. En el culto, los ministerios y quienes hagan uso de la palabra,  saludarán desde el púlpito diciendo “Gracia y Paz de nuestro Señor Jesucristo”. La Congregación responderá: “Gracia y Paz”. Fuera del culto, quien saluda dirá: “Gracia y Paz” y quien responde el saludo dirá: “Amén”. Se usará el mismo saludo en la correspondencia y en las publicaciones de la Iglesia. (Rom. 1.7, I Cor. 1.3, II Cor. 1.2, Gál. 1.3, Ef. 1.2, Fel. 1.2, Col. 1.2, I Tes. 1.1, II Tes. 1.2).
Art. 40. X. EN CUANTO AL CULTO CRISTIANO.
10.1     La Naturaleza del Culto. El culto cristiano es espiritual y no está sujeto a ningún ritual. Se desarrolla bajo la dirección del Espíritu Santo. Todo lo que se hace en el culto es para la gloria de Dios y la edificación de los cristianos. (Juan 4.20-24, I Cor. 14.26, I Tim 1.17, Apoc. 4.11; 5.9-10; 5.12-14, Heb. 13.15).
10.2     Los Elementos Constantes del Culto. En el culto cristiano los elementos siguientes son constantes: La oración en lenguas, con el entendimiento y al unísono en alta voz; el canto, de cánticos espirituales, salmos e himnos; el ejercicio de los Dones del Espíritu Santo; el regocijo y la danza en el espíritu; y primordialmente la lectura y proclamación de la Palabra de Dios. Respetamos, pero no promovemos que las hermanas para el culto usen un velo sobre su cabeza (I Cor. 14.26; 14.31, Sal. 92.1-2, Joel 2.28, Col. 3.16, Sal. 149.3; 150.4, Hech. 4.31, I Cor. 1.21, Mat. 21.13-16. I Corintios 11.14-16).
10.3     Los instrumentos y las características del Culto. Los cristianos adoran y alaban a Dios en el culto con todos los instrumentos disponibles, baten y levantanlas manos, danzan y se regocijan, tienen exclamaciones de júbilo. Para el culto la iglesia integra dos compañías, una de varones y otra de damas. Las hermanas se cubren la cabeza con un velo para orar y profetizar. (I Cor. 14.26; 14.31, Sal.92.1-2, Joel 2.28, Col. 3.16, Sal. 149.3; 150.4, Hechos 4.31, I Cor. 1.21, Mat. 21.13-16).
10.4     La Exclusión de Símbolos Paganos. Quedan excluidos de nuestros cultos, todos los símbolos que provienen del paganismo. La veneración de imágenes de idolatría que Dios abomina. Se elimina el uso de la cruz como adorno por evocar al dios babilónico Tammuz, (Dt. 5.8, Ex.20.4, Sal. 115.2-8; 135.15-18, Mq. 5.13, Habacuc 2.18, Amos 5.25-26).
10.5     Las fiestas paganas. Los cristianos excluyen de sus prácticas y costumbres, la celebración de: la navidad, los reyes magos, la cuaresma y la semana santa; porque tienen origen y trasfondo pagano, y nunca fueron observadas por los cristianos de los primeros siglos. La mezcla de la fe cristiana con el paganismo es abominación. Si se hace mención de alguna FIESTA JUDÍA deberá ser para subrayar el elemento evangélico de dicha fiesta y de ninguna manera para sumarse a una celebración religiosa judía. (Col.2.8, Amos 5.25-28, Sof.1.4-5, Ez. 8.17-18, Ex. 20.4-6).
10.6     La Casa de Oración. Los creyentes son el templo de Dios, y no los edificios materiales. Aunque los cristianos construyen CASAS DE ORACIÓN según las circunstancias lo permiten, y las usan para el Culto cristiano con reverencia. (I Cor. 3.16; 6.19-20, Hechos 17.24, Ef. 3.21, Mateo 21.18, Sal. 84.2; 100.4, Heb. 12.27-29. (Cfr. Art. 124)
Art. 41. XI. EN CUANTO A LOS ÁNGELES Y LOS DEMONIOS.
11.1     Origen y naturaleza de los Ángeles. Los ángeles son seres sobrenaturales o celestiales, creados por Dios. Son seres espirituales. Son algo mayor en dignidad que los hombres. Los ángeles no se casan. (Sal. 148.2-5, Heb. 1.15, Gén. 1.31, Judas 6).
11.2     La Actividad de los Ángeles. Los ángeles están en la presencia de Dios adorándole y sirviéndole de continuo. Los ángeles son enviados por Dios para dar ministración y ayuda a los cristianos. Los ángeles no deben ser adorados. (Apoc. 5.11-12, Sal. 103.20; 148.2, I Rey. 13.18, Dan. 6.22, Mat. 1.20; 4.11, Heb. 1.7, Apoc. 19.10).
11.3     Arcángeles, Querubines y Serafines. Los arcángeles son príncipes de ángeles. Los querubines son celestiales de aspecto humano y animal, con alas. Sus rostros son semejantes a los del león, buey, hombre y águila; y son guardianes de Dios. Los serafines son seres celestiales que está de pie ante el trono de Dios. (I Tes. 7.46, Judas 9, Daniel 10.12-13, Gén. 3.24, Ex. 25.18-22, Apoc. 4.6, Is. 6.2 y 6).
11.4     Satanás, su origen y destino. Satanás es una criatura de Dios que se reveló y fue arrojada del cielo, apoderándose de este modo por la desobediencia de Adán; pero Jesucristo ya le venció en el Calvario y un día Jesucristo mismo lo lanzará al lago de fuego. Satanás tienta a los cristianos tratando que las almas se pierdan y procura destruir la obra de Dios. (Ez. 21.12-17, Luc. 4.2, Gén. 3.15, Job. 1.6, Zac. 3.1, Apoc. 1.29, Luc. 22.31, Mat. 25.41, Apoc. 20.1-3; 20.7-10).
11.5     Los demonios. Los demonios son ángeles que cayeron de su estado de inocencia. De entre ellos, uno están encarcelados y otros sueltos bajo el control de Satanás, sus principados, potestades y gobernadores. Los demonios se oponen a Dios tratando de anular su voluntad y frustrar sus planes. (Mat. 6.15, Luc. 10.17, Ef. 6.10-12, Luc. 8.31, Apoc. 9.1-11; 20.1-3).
11.6     Acción Demoniaca. Hay opresión y posesión demoniaca. Los cristianos pueden ser oprimidos pero nunca poseídos. Los demonios toman posesión de personas provocándoles males como ceguera, insania, mudez, y manía suicida. Los demonios tratan de hacer a los cristianos en todo tipo de pecado y les oprimen con enfermedad, depresiones, angustias, desánimo y ceguera espiritual. (Mat. 12.22, Luc. 8.26-36, Mat. 9.32-33, Ma. 9.22).
11.7     Autoridad Espiritual. Los cristianos han recibido de Jesucristo la autoridad para echar fuera a los demonios y libertar así a los endemoniados. Los cristianos también tienen autoridad para deshacer operaciones y destruir fortalezas del diablo. (Mar. 16.17, Luc. 9.1, Juan 3.8, Col. 2.13-15, Rom. 16.20, II Cor. 10.4, Hech. 10.38).
Art. 42. XII. EN CUANTO A LA ESCATOLOGÍA.
12.1.       El Lugar de los Muertos. Cuando un creyente muere, su espíritu va de inmediato al cielo para encontrarse con su Señor. El cuerpo de los cristianos será glorificado, transformado e incorruptible. (Luc. 23.39-43, I Cor. 15.51-52, I Tes. 4.13-17, Fil. 1.23).
12.2.       El Rapto de la Iglesia. El rapto de la Iglesia es inminente y representa la más grande esperanza de los cristianos. Jesucristo vendrá hasta las nubes y los muertos en Cristo resucitarán primero, luego los vivos seremos transformados en un cerrar de ojos y juntos subiremos a recibir al Señor. (I Tes. 4.16, I Cor. 15.51-52, Fil. 3.20-21, Heb. 9.28, II Pedro 3.10, Juan 14.3-4, Apoc. 1.7).
12.3.       La Gran Tribulación. La Gran Tribulación acontecerá después del RAPTO DE LA IGLESIA. Será tiempo de juicio para los cristianos apóstatas, los judíos y el mundo impío. Su duración será de 7 años, en los cuales el Anticristo reinará con el poder de Satanás, siendo ayudado del Falso Profeta. (Dan. 12.1, Mat. 24.21, Apoc. 7.14, Daniel 9.27, Apoc. 6.1-17, II Tes. 2.7-10, Apoc. 149.19-20; 20.10).
12.4.       Armagedón, Milenio y Juicio Final. Jesucristo vendrá por segunda vez a la tierra con poder y gran gloria, y en el Armagedón vencerá a las huestes del mal, al término de su reino milenial en la tierra. Después del Armagedón, Jesucristo hará el Juicio Final a todos cuantos no fueron salvos por su gracia. (Apoc. 16.16, Hech. 1.11, Apoc. 1.7, Zac. 12.3-13, Apoc. 202.3; 20.10-15, Juan 5.29).
12.5.       Cielos Nuevos y Tierra Nueva. En el día del juicio de los hombres impíos, los cielos actuales pasarán con grande estruendo y la tierra será quemada. Los cristianos esperamos cielos nuevos y tierra nueva en los cuales mora la justicia, porque el tabernáculo de Dios estará con nosotros. (II Pedro 3.7-13, Apoc. 21.1-7, Is. 65.17).

jueves, 18 de julio de 2013

INDULGENCIAS, FALSAS PROMESAS PAPALES

El Vanguardia del jueves 18 de julio de 2013 trae esta nota que debe causar lágrimas de dolor a los cristianos, o rizas al incrédulo. "Ciudad de México.- El conseguir una indulgencia ya no es solo cosa de ir a la iglesia, ya que durante la Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo a finales de este mes, los seguidores del papa Francisco la podrán conseguir al interactuar con el pontífice en las redes sociales, en específico en Twitter."

PUEBLO DE DIOS:  Es tiempo de levantar nuestra voz profética contra las mentiras y falsas promesas del Vaticano.

miércoles, 17 de julio de 2013

¿DE VERDAD ES INFALIBLE EL PAPA ROMANO?




El papa Formoso siendo juzgado como hereje
Al abrir nuestro calendario cada año, tenemos en primer término el mes de enero. Pocos sabemos que el origen del nombre de ese mes viene dejanuarius, que significa puerta. Fue dedicado a Jano, el dios que inventó las puertas y guardaba las llaves. Además, tenía dos caras con las que miraba simultáneamente al pasado y al futuro. Jano presidía todo lo que se abre y se cierra: puertas de una casa o de la ciudad, faenas, combates, años, etc., y por eso sus símbolos eran una llave y un báculo, que ahora usa el Papa romano (bastón de viajero) con los que controlaba y protegía la ciudad.
Como Jano era el dios de todo lo que comienza, los romanos lo invocaban inclusive antes que al mismo Júpiter, y al levantarse rezaban la oración Ianus Matutinus. Por eso le dedicaron el primer mes del año, Ianuarius, y las Calendas (primer día del mes) de enero eran las más alegres de Roma.
Junto a las diez mil  contradicciones con las cuales el sistema católico romano estaba plagado, los papas, como el antiguo dios Janos, empezaron a declararse infalibles. nada más ridículo y contrario a la realidad histórica. para quienes tenemos un poco de inteligencia, la idea de la infalibilidad papal, es completamente absurda. La mayoría de los papas han declarado ser infalibles, al menos en su doctrina, aunque no en integridad y moral. Es una contradicción  que no pueden resolver los curas.  A pesar de lo contradictorio de esta situación, la infalibilidad papal fue declarada dogma en 1870.
El autor de esta doctrina de la infalibilidad fue Pío IX (1846-78). Beato Pío IX (Senigallia, Marca de AnconaEstados de la Iglesia, actual Italia13 de mayo de 1792 - Roma7 de febrero de 1878), Papa desde 1846 a 1878 y último soberano temporal de los Estados de la Iglesia. Su pontificado de 31 años y medio fue el más largo de la historia de la Iglesia. El cónclave que siguió a la muerte de Gregorio XVI tuvo lugar en un momento de ambiente político inestable en Italia. Esto motivó que varios cardenales extranjeros decidieran no asistir a él. A su comienzo, sólo estaban presentes 46 de los 62 cardenales.
¿Cómo fue elegido Papa? Este cónclave se celebró en el palacio del Quirinal de Roma, que entonces era la residencia pontificia, y fue escenario de una división entre conservadores y liberales.       Los conservadores dieron su apoyó a Luigi Lambruschini, cardenal obispo de Sabina y secretario de Estado del papa Gregorio XVI. Pero los liberales apoyaban alternativamente a dos candidatos: a Tommaso Pasquale Gizzi, cardenal del título de Santa Pudenziana y antiguo nuncio apostólico el reino de Cerdeña, y al cardenal Mastai Ferretti. En la primera votación, Mastai Ferretti obtuvo quince votos y los demás votos fueron para Lambruschini y Gizzi. Muchos pensaban que si Lambruschini no resultaba elegido, lo sería Gizzi con toda probabilidad.
Llegado el cónclave a un punto muerto a causa del desacuerdo, los liberales y moderados decidieron votar por Mastai Ferretti, una decisión que fue contraria al sentir de buena parte de los gobiernos de Europa. El segundo día del cónclave, el 16 de junio de 1846, Mastai Ferretti fue elegido papa con una mayoría de 36 votos, mientras que Lambruschini sólo obtuvo diez; Gizzi no recibió ningún voto. Dado que era de noche, no se realizó ningún anuncio formal, exceptuando la fumata blanca. Muchos católicos asumieron que Gizzi había sido escogido como sucesor de Gregorio XVI. De hecho, empezó a haber celebraciones en su ciudad natal, Ceccano, y sus ayudantes, de acuerdo con una antigua tradición, quemaron sus vestiduras cardenalicias.
A la mañana siguiente, se anunció la elección del cardenal Mastai Ferretti ante lo que debió ser una sorprendida multitud de católicos. Por supuesto, cuando el nuevo papa apareció en el balcón, el clima fue de júbilo. Mastai Ferretti escogió el nombre de Pío IX en honor de Pío VII. A las pocas horas de su elección llegó a Roma Karl Kajetan Gaisruck, cardenal del título de San Marco y arzobispo de Milán, que llevaba el veto (esto es, la anulación de esta elección papal),  del emperador Fernando I de Austria-Hungría a la elección de Mastai Ferretti, pero llegó tarde,  los hechos ya se habían consumado.
Pío IX fue coronado el 21 de junio por el cardenal Ludovico Gazzoli, protodiácono de San Eustachio. Inmediatamente nombró a Gizzi secretario de Estado. Los liberales europeos aplaudieron su elección como Sumo Pontífice, pero los conservadores estaban frustrados.
Sin embargo,  él no era un ejemplo que acreditara su pretensión de ser infalible -al menos no en su práctica- pues éste tenía varias mozas (tres de ellas monjas) de las cuales tuvo hijos. Sin embargo la religión católica romana lo ha declarado beato, esto es, a un paso de ser elevado a los altares. Y como en todo lo católico romano hay contradicción. Mientras Pío IX era “Papa”, era el “Santo Padre”, muerto ya no es “santo” apenas llega  a “Beato”
Tampoco su antecesor, el papa Gregario XVI (1831-1846), fue mejor pues es conocido como uno de los más grandes borrachos de Italia y también tenía numerosas mujeres; una de ellas, la esposa de su barbero.

Conociendo la historia de los papas, varios obispos católicos se opusieron a declarar la doctrina de la infalibilidad papal como dogma en el Concilio Vaticano I de 1870.       En sus discursos, un gran número de ellos mencionó la  contradicción entre semejante doctrina y la conocida inmoralidad de muchos papas. Uno de estos discursos fue pronunciado por el obispo José Strossmayer. En su argumento contra el edicto de la «infalibilidad» como dogma, mencionó cómo algunos de los papas se habían puesto en contra de otros papas, cómo se contradijeron unos a otros e hizo una mención especial de cómo el papa Esteban llevó al papa Formoso a juicio.

La famosa historia de un papa llevado a juicio ante otro papa es algo horrendo ¡puesto que el papa Formoso había muerto hacía ocho meses! Sin embargo, su cadáver fue desenterrado de su tumba y llevado a juicio por el papa Esteban. El cadáver, putrefacto, fue desenterrado y situado sobre un trono. Allí, ante un grupo de obispos y cardenales lo ataviaron con ricas vestimentas del papado, se puso una corona sobre su calavera y el cetro del Santo Oficio colocado en los cadavéricos dedos de su mano. Mientras se celebró el juicio, el hedor del muerto llenaba la sala. El papa Esteban, adelantándose hacia el cadáver, lo interrogó. Claro está, no obtuvo respuesta a los cargos y el papa difunto fue sentenciado como culpable de todas las acusaciones. Entonces le fueron quitadas las vestimentas papales, (O sea, lo degradaron para que ya no fuera reconocido más como un Papa; pero en la lista oficial de los papas sigue apareciendo como tal) le arrebataron la corona y le mutilaron los tres dedos que había usado para dar la bendición papal. Después arrastraron el cadáver putrefacto, atado a una carroza, por las calles de la ciudad. El cuerpo fue más tarde lanzado al río Tíber.
Acciones contradictorias como ésta, por luchas entre papas, ciertamente no apoyan la infalibilidad; sin embargo, no se detiene ahí la historia, pues después de la muerte del papa Esteban, el siguiente papa romano rehabilitó la memoria de Formoso y lo mismo hizo más tarde el papa Juan X, lo que desacredita y ridiculiza aún más el dogma de la infalibilidad papal. El hecho es que ni en doctrina, ni en práctica, han sido los papas infalibles. Notemos unas cuantas de las cientos de contradicciones que desmienten esta doctrina:
Después de su muerte, el papa Honorio I fue acusado como hereje por el Sexto Concilio Ecuménico III De Constantinopla. (680-681). El papa León confirmó su condenación. Si los papas fueran infalibles, ¿cómo puede uno condenar al otro?
El papa Virgilio, después de condenar varios libros, retiró su condena; luego los volvió a condenar y una vez más volvió a retirar la condena, para más tarde volverlos a condenar. ¿Hay infalibilidad en esta actitud?
El duelo fue autorizado por el papa Eugenio III (1145-1153). Pero más tarde, el papa Julio II (1509) Y Pío IV (1506) lo prohibieron.
En el siglo XI, había tres papas rivales al mismo tiempo. Todos éstos fueron depuestos por el concilio convocado por el emperador Enrique III. Más tarde, durante el mismo siglo, Clemente III se opuso a Víctor III e incluso a Urbano II ¿Cómo podían ser los papas infalibles cuando se oponían el uno al otro?
Vino luego el gran caos, en 1378, que duró 50 años, cuando los italianos eligieron a Urbano IV y los cardenales franceses escogieron a Clemente VII. Estos papas se maldijeron año tras año hasta que un concilio depuso a ambos y escogieron a otro.
El papa Sixto V hizo preparar una versión de la Biblia, la cual declaró como auténtica y muy fiel; pero dos años más tarde, Clemente VIII declaró que estaba llena de errores y ordenó hacer otra.
Gregorio I rechazó el título de «obispo universal» por considerarlo pagano, «profano, supersticioso, orgulloso e inventado por el primer apóstata» Aún así, a través de los siglos, otros papas han reclamado este título. ¿Cómo podemos decir que los papas son «infalibles» al definir la doctrina, si se contradicen directamente entre sí?
El papa Adriano 11 (867-872) declaró el matrimonio civil como válido, pero el papa Pío VII (1800- 1823) lo condenó como no válido.
El papa Eugenio IV (1431-1447) condenó a Juana de Arco a ser quemada por bruja. Más tarde, en 1919, Benedicto IV la declaró santa. ¿Puede esto ser infalibilidad papal?
¿Cómo pueden ser los papas infalibles cuando un gran número de ellos han negado tal doctrina? Virgilio Inocencio III, Clemente IV, Gregorio XI, Adriano VI y Paulo IV, todos rechazaron la doctrina de la infalibilidad papal ¿Podría ser un papa infalible y no saberlo? ¡Qué inconsistencia!
Considerando la gran inmoralidad, bandidaje y contradicción que ha existido en las vidas de muchos de los papas, podemos ver claramente cuán blasfemas son sus declaraciones acerca de sí mismos. Los papas han tomado títulos tales como «Santísimo Señor», «Jefe de la Iglesia Mundial», «Pontífice Soberano de Obispos», «Sacerdote Supremo», «La boca de Jesucristo», «Vicario de Cristo» y otros más. El papa León XIII, el 20 de junio de 1894, declaró: «Ocupamos en la tierra el lugar de Dios Todopoderoso». Durante el Concilio Vaticano de 1870, el 9 de enero, fue proclamado: «El Papa es Cristo en oficio, Cristo en jurisdicción y poder... nos postramos ante tu voz, oh, Pío, como la voz de Cristo, el Dios de la verdad. Al afianzamos en ti, nos afianzamos en Cristo».
Pero el esquema histórico que hemos visto claramente denota que el Papano es «Cristo en oficio» o en ninguna otra forma. Debemos comparar a ambos -a Cristo y al Papa- y tenemos clara evidencia de que no hay similitud alguna; al contrario, ¡sonopuestos!
El Papa porta una costosa corona, cubierta de joyas. La corona de tres plantas se dice que tiene un valor de 1.300.000 dólares. ¡Qué contraste con nuestro Señor Jesucristo quien durante su vida terrenal no tuvo corona, excepto una de espinas.
El Papa es constantemente atendido por sirvientes. ¡Qué contraste con el Nazareno quien no vino a que le sirvieran sino a servir!
El Papa tiene un palacio de lujo y riquezas extremas que hacen un marcado contraste con el Señor Jesús, quien no tuvo sitio dónde poner su cabeza.
Los papas vestidos en trajes elaborados y costosos, diseñados al estilo de los emperadores romanos de los días paganos, representan un orgullo y vanidad que contrasta con nuestro Salvador, quien vistió el traje de un carpintero.
Además de las muchas contradicciones con las cuales el sistema romano estaba plagado, los papas, como el antiguo dios Janos, empezaron a declararse infalibles. Pero como veremos es una idea completamente absurda. Aun así, la mayoría de los papas han declarado ser infalibles, al menos en su doctrina, aunque no en integridad moral. Esta clase de razonamiento presentaba varios problemas. El pueblo, naturalmente, preguntaba: ¿Cómo pueden ser los papas infalibles al dictar la doctrina y tan inmorales en la práctica? A pesar de lo contradictorio de esta situación, la infalibilidad papal fue declarada dogma en 1870. El autor de la doctrina de la infalibilidad papal fue Pio IX (1846-78). Pero él, ciertamente, no era un ejemplo que acreditara su pretensión--al menos no en su práctica--pues éste tenía varias mozas (tres de ellas monjas) de las cuales tuvo hijos. Tampoco su antecesor, el papa Gregorio XVI (1831-46), fue mejor pues es conocido como una de los más grandes borrachos de Italia y también tenía numerosas mujeres; una de ellas, la esposa de su barbero. Conociendo la historia de los papas, varios obispos católicos se opusieron a declarar la doctrina de la infalibilidad papal como dogma en el Concilio de 1870. En sus discursos un gran número de ellos mencionó la aparente contradicción entre semejante doctrina y la conocida inmoralidad de algunos papas. Uno de estos discursos fue pronunciado por el obispo José Strossmayer. En su argumento contra el edicto de la "infalibilidad" como dogma, mencionó cómo algunos papas se habían puesto en contra de otros papas, cómo se contradijeron unos a otros e hizo una mención especial de cómo el papa Esteban llevó al papa Formoso a juicio. La famosa historia de un papa llevado a juicio ante otro papa es algo horrendo ¡puesto que el papa Formoso había muerto hacía ocho meses! Sin embargo, su cadáver fue desenterrado de su tumba y llevado a juicio por el papa Esteban. El cadáver, putrefacto, fue desenterrado y situado en un trono. Allí, ante un grupo de obispos y cardenales lo ataviaron con ricas vestimentas del papado, se puso una corona sobre su calavera y el cetro de su Santo Oficio colocado en los cadavéricos dedos de su mano. Mientras se celebró el juicio, el hedor del muerto llenaba la sala. El papa Esteban, adelantándose hacia el cadáver, lo interrogó. Claro está, no obtuvo respuesta de los cargos y el papa difunto fue sentenciado como culpable de todas las acusaciones. Entonces le fueron quitadas las vestimentas papales, le arrebataron la corona y le mutilaron los tres dedos que había usado para dar bendición papal. Después arrastraron el cadáver putrefacto, atado a una carroza, por las calles de la ciudad. El cuerpo fue más tarde lanzado al río Tiber. Acciones contradictorias como ésta, por luchas entre papas, ciertamente no apoyan la infalibilidad; sin embargo, no se detiene ahí la historia, pues después de la muerte del papa Esteban, el siguiente papa romano rehabilitó la memoria de Formoso y lo hizo más tarde el papa Juan X, lo que desacredita y ridiculiza aún más el dogma de la infalibilidad papal. El hecho es que ni en doctrina, ni en práctica, han sido los papas infalibles. Notemos unas cuantas de las cientos de contradicciones que desmienten esta doctrina. Después de su muerte, el papa Honorio I fue acusado como hereje por el Sexto Concilio, en el año 680. El papa León confirmó su condenación. Si los papas fueran infalibles, ¿cómo puede uno condenar al otro? El papa Virgilio, después de condenar varios libros, retiró su condena; luego los volvió a condenar y una vez más retiró la condena, para más tarde volverlos a condenar. ¿Hay infalibilidad en esta actitud? En el siglo XI, había tres papas rivales al mismo tiempo. Todos éstos fueron depuestos por el concilio convocado por el emperador Enrique III. Más tarde, durante el mismo siglo, Clemente III se opuso a Víctor III e incluso a Urbano II. ¿Cómo podían los papas ser infalibles cuando se oponían el una al otro? Vino luego el gran caos, en 1378, que duró 50 años, cuando los italianos eligieron a Urbano IV y los cardenales franceses escogieron a Clemente VIII. Estos papas se maldijeron año tras año hasta que un concilio depuso a ambos y escogieron a otro. El papa Sixto V hizo preparar una versión de la Biblia, la cual declaró como auténtica y muy fiel; pero dos años más tarde, Clemente VIII declaró que estaba llena de errores y ordenó hacer otra. Gregorio I rechazó el título de "obispo universal" por considerarlo pagano, "profano, supersticioso, orgulloso e inventado por el primer apóstata". Aún así, a través de los siglos, otros papas han reclamado este título. ¿Cómo podemos decir que los papas son infalibles al definir la doctrina, si se contradicen directamente entre si? El papa Adriano II declaró el matrimonio civil como válido, pero el papa Pio VII (1800-1823) lo condenó como no válido. ¿Cómo pueden ser infalibles los papas cuando un gran número de ellos han negado tal doctrina? Virgilio Inocencio III, Clemente IV, Gregorio XI, Adriano VI y Paulo IV, todos rechazaron la doctrina de la "infalibilidad papal". ¿Podría ser un papa infalible y no saberlo?
Tú valioso lector: ¿qué opinas?  El Financiero del lunes 11 de febrero de 2008 en la Cd. de México en su página 49 dice: “A ver, su antecesor, Juan Pablo II dijo que el cielo no es un lugar físico entre las nubes, el infierno tampoco es un lugar, sino la situación de quien se aparta de Dios. Sin embargo, ahora al inicio de la cuaresma; Joseph Ratzinger aseguró que el infierno existe, es real y es eterno, y agregó que no está vacío. Um, señalan, como que dan ganas de decirles: ¡Organícense! ¿existe o no?”
¿Cómo una Minoría Venció a la mayoría en el Concilio vaticano I?La doctrina de la "infalibilidad papal" era el sostén final y desesperado que Pío IX esperaba que apoyaría la estructura decrépita del dominio católico romano sobre los gobiernos del mundo y sus ciudadanos. Para establecer este dogma de una vez por todas, el Papa convocó al Concilio Vaticano I, el 8 de diciembre de 1869.
Conociendo la historia de los papas, varios obispos católicos se opusieron a declarar dicha doctrina como dogma en el concilio de 1870. En sus discursos, un gran número de ellos mencionó la aparente contradicción entre semejante doctrina y la conocida inmoralidad de algunos papas o el hecho de que se hayan puesto unos contra otros, en especial el caso del Papa Esteban VII (896-897) que llevó al Papa Formoso (891-896) a juicio en el año 896.
Antes de que Pio IX abriera el Concilio Vaticano I, el 8 de diciembre de 1869, la oposición a la infalibilidad papal (que ahora todos sabían que el Papa trataba de impulsar a través del Concilio) había aumentado hasta alcanzar proporciones enormes entre los obispos y miembros laicos en general.

Los que estaban a favor de la infalibilidad, cuando comenzó el Concilio, eran una minoría. Sin embargo, tenían un plan concreto de acción para tomar el control de las posiciones claves en la burocracia del Concilio y de los medios noticiosos de la Iglesia. En esto fueron ayudados por el Papa, la mayoría de la curia y los Jesuitas. Para ganar votos, este grupo de presión "no se acobardó de las intrigas, las promesas y las amenazas" (August Bernhard Hasler, How the Pope Became Infallible (Doubleday & Co. Inc., 1981 - Pag. 64).
El chargé d'affaires inglés a la Santa Sede comentó que las preparaciones para hacer pasar a la fuerza la infalibilidad se habían organizado tan bien que : "...los obispos extranjeros hallaron que era perfectamente imposible expresar libremente sus opiniones. Van a recibir una sorpresa desagradable cuando se vean obligados a sancionar algo que ellos en realidad quieren condenar." (Ibid., pp. 66-67)
Gran parte de lo que sabemos de la intriga detrás de los bastidores y de la conclusión deshonesta del Concilio Vaticano I es debido a la obra del historiador y erudito suizo August Bernhard Hasler. Durante sus cinco años en el Secretariado para Unidad Cristiana del Vaticano, Hasler tenía acceso a los archivos secretos del Vaticano. De las cosas que se enteró acerca del Concilio Vaticano I fueron tan per turbantes ("Todo el asunto resultó en una clara manipulación del Concilio") que se sintió impulsado a escribir la obra "Cómo el Papa se volvió infalible". Hasler sufrió una "muerte prematura" inmediatamente después que terminara el manuscrito. Por haber escrito la introducción del libro, el teólogo católico Hans Küng fue "despojado de sus privilegios de enseñanza eclesiástica".
¿En Qué Consiste el Dogma de la Infalibilidad Papal? .
Vaticano I. 1869-1870.
Contra el racionalismo y el galicanismo, es una tendencia que concedía al Papa, la parte más importante de las decisiones en materia de fe, pero sostenían que estas se hacían infalibles sólo si las aceptaba la Iglesia, es decir, el Concilio. Tuvo que definir solemnemente la infalibilidad Pontificia como dogma de fe, cuando habla "Ex Cathedra". Esto es cuando en calidad de pastor y maestro de todos los cristianos, y haciendo uso de su suprema autoridad apostólica define una doctrina sobre la fe y las costumbres.
Esto sucede cuando:
a) enseña una cosa referente al dogma o moral cristianos;
b) que se dirige a la Iglesia Universal;
c) que habla en su calidad de Maestro supremo de la cristiandad;
Si falta una de estas condiciones, el Papa no es infalible.
El concilio DEFINIÓ  que únicamente a Pedro se prometió y confirió de modo directo el primado de jurisdicción sobre toda la Iglesia y su autoridad no deriva precisamente de la Iglesia. El Concilio añade "La Iglesia Romana posee por derecho divino, la primacía de potestad ordinaria sobre todas las demás iglesias. La jurisdicción del pontífice es verdaderamente episcopal e inmediata. La Iglesia es, pues, monarquía de derecho divino, y el Papa recibe plena potestad directamente de Dios." El Papa Pío IX definió también el dogma de la Inmaculada Concepción (1854)