viernes, 21 de febrero de 2014

UNA IGLESIA CON VISIÓN Y RESPONSABILIDAD.


Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y su esposa
la Apóstol Profra. Esther Castro de Sánchez;
quienes están al frente de la COMUNIDAD
CRISTIANA FILADELFIA en varios países.
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el REBAÑO en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.”   

OBJETO DEL PRESENTE BLOG:

         
Que los pastores tomemos nueva conciencia de la importancia de tener discípulos. Que son realmente ovejas del Señor que merecen la atención óptima y expedita. Dice Proverbios 27:23: “Sé diligente en conocer el estado de tus OVEJAS, y mira con cuidado por tus rebaños

INTRODUCCIÓN:
         Cuenta la Historia que los primeros pastores metodistas de Inglaterra en el siglo VIII, murieron casi todos del corazón y muy jóvenes, oscilando entre los 30 años, debido a su consagración y entrega para obra de Dios. Cuando eran presididos por el Dr. Juan Wesley en sus memorables conferencias pastorales, cada predicador tenía atado su caballo fuera del templo con la maleta ya hecha, y sólo esperaban escuchar el nombramiento que les daba Wesley para salir corriendo rumbo al lugar en que eran asignados para predicar.
También la Historia da testimonio de los predicadores reformados que fueron discípulos del Dr. Juan Calvino. De cómo él los instruía en la Palabra. Y de varios países de Europa le pedían que enviara predicadores. Y aun cuando muchos de ellos fueron quemados en la hoguera por la sangrienta Inquisición; muchos jóvenes le suplicaran ser los privilegiados en ir cuanto antes a compartir el Evangelio.
         1.- DILIGENCIA: Actualmente, hay muchos pastores que se apacientan a sí mismos como dice Dios en Ezequiel 34:2: “Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se APACIENTAN a sí mismos! ¿No APACIENTAN los pastores a los rebaños?”
         Es de lamentarse que muchos pastores están más preocupados por su fama, su prestigio, su comodidad material que por vigilar el adelanto del Reino de Dios, y no hacen un genuino sacrificio en desvelarse por cuidar del rebaño del Señor. Proverbios 27.23 sigue siendo parte de la Biblia y debe cumplirse al pie de la letra. He aquí el mandato de Dios: “Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y mira con cuidado por tus rebaños
         2.- EL CONSEJO DE DIOS. Debe haber responsabilidad constante en compartir la Palabra de Dios en nuestras iglesias, tal como lo hacía Pablo. Dice Hechos 20.26-28: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”.
         3.- LA AMPLITUD DEL MENSAJE. Los pastores para fortalecer a los discípulos y lograr un crecimiento a la estatura del varón perfecto requieren un alimento nutritivo, balanceado y completamente bíblico. Dice Lucas 24:27: “Y comenzando DESDE MOISÉS, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”. El hilo de oro que hilvana todas las Escrituras es Jesucristo. Cuando alguien machaca con la torah, el sábado, el idioma hebreo, no es pastor, es una oveja extraviada. Si tienes el privilegio de ser un pastor, cuida de que el enemigo no te reduzca a ser una oveja extraviada. Cada pastor debe tener una meta: que sus discípulos lleguen a la estatura del varón perfecto, como lo dice Efesios 4:13: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un VARÓN PERFECTO, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo
         A eso debemos concentrar nuestra atención. Entreguemos al Señor ovejas perfectas y santas como dice Dios de Job, en Job 2:3: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, VARÓN PERFECTO y recto, temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?”
         4.- TENGAMOS UNA SUPERVISIÓN CONTÍNUA. En concordancia con los temas de este libro, cuidemos estar seguros de que entre la gente que asiste a los cultos de la iglesia en donde somos pastores, no hay poseídos de demonios, no hay oprimidos por el diablo, no hay personas con una marca de rechazo, o gente con amargura. Sino que cuidemos de que nuestros discípulos viven la vida cristiana que es una vida abundante y con propósito como lo dijo el Señor Jesucristo en Juan 10.10: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan VIDA, y para que la tengan en abundancia.”
Debiéramos poner una atención especial en la reproducción de nuestros discípulos como aspecto prioritario de su crecimiento. Si un discípulo no se reproduce, generalmente es porque está enfermo o no ha madurado. En la Comunidad Cristiana Filadelfia llamamos como en el Nuevo Testamento a los discípulos, en vez de llamarlos miembros. Un discípulo es un aprendiz. Discípulo viene dl griego mateteV (MATETES): Que trae un prefijo mat, (MAT); que implica una acción mental que implica un esfuerzo.   El discipulado habla  del crecimiento espiritual, y tiene que ver con la relación íntima de cada persona con Jesucristo mismo. Este mandamiento del Señor  es hacer discípulos. Uno de los ejes centrales en la vida de la iglesia desde siempre ha sido  el crecimiento numérico, y denota la estrategia del discipulado. Cuando logremos estos dos aspectos simultáneamente, experimentaremos un crecimiento sano y balanceado en la iglesia; diremos que estamos en el camino correcto como predicadores. El discipulado no puede ser un proceso sin producto. La intención del verdadero discipulado no es solamente que seamos discípulos, sino además que hagamos discípulos.
El enfoque de discipulado de una iglesia implica que cada integrante de la misma,  esté preparándose para guiar y dirigir un pequeño grupo que en Filadelfia llamamos rebaño. Nuestra meta es que cuando menos dos veces al año, nuestros rebaños se multipliquen y nuevos discípulos asuman el liderazgo de los rebaños ya establecidos, para que los heraldos previamente establecidos, vayan y ministren en nuevos rebaños. De esta manera cumplimos con un principio bíblico del discipulado
         CONCLUSIÓN: De los ministerios que las iglesias tengan, dependerá que los discípulos sean sanos, fuertes y productivos para la obra de Dios, o sufran enanismo espiritual por falta de nutrición y cuidado oportuno.
         Pero proclamo en fe, que se avecina un avivamiento sin precedentes y que los primeros en darse cuenta serán nuestros discípulos por la calidad de atención pastoral que estarán recibiendo.
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el REBAÑO en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” 
         Es un privilegio inmerecido por el cual estamos en el ministerio. Por lo tanto, bien haremos los pastores en darle a nuestros discípulos un trabajo pastoral con excelencia. 
         Al final de nuestra carrera terrenal, será un privilegio hacer nuestras las palabras paulinas en II Timoteo 4:7: “He peleado la buena batalla, he acabado la CARRERA, he guardado la fe.” Y mucho más, llegar a la presencia del Señor y al estar ante el tribunal de Cristo escuchar lo que afirma Mateo 25:21: “Y su señor le dijo: Bien, BUEN SIERVO Y FIEL; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”


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