viernes, 28 de febrero de 2014

PABLO RECIBE EL BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO



Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez.
Versículo clave: Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo.” Hechos 9.17

OBJETIVO: El plan de Dios es que cada persona que se va convirtiendo al Evangelio, a la vez vaya recibiendo el bautismo en el Espíritu Santo para que tenga el poder de Dios para cumplir su ministerio.

INTRODUCCION:
Prevalece  la idea en muchas iglesias tradicionales que, si en todo caso existe el bautismo en el Espíritu Santo, es algo que debe buscarse después de varios años de vida cristiana, después de haber madurado en la fe. Lo cual es contrario a lo que la Palabra del Señor enseña.

a)     DE PERSEGUIDOR A PERSEGUIDO. Si tú hubieras conocido a Saulo de Tarso antes de su encuentro con Jesucristo, sería difícil creer que se habría convertido. Era cruel y sanguinario. Dice Hechos 9.1-2: Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote,                                                                                              y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén”.

Sin embargo, ni él mismo imaginó alguna vez que semanas más tarde, de ese momento en que iba en persecución de los discípulos, él mismo sería perseguido por ser discípulo de Jesucristo. Dice Hechos 9.22-24: “
Pero Saulo mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco, demostrando que Jesús era el Cristo.
 Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle; pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarlo

b)    AYUNO DEL RECIÉN CONVERTIDO. Aunque el tema del ayuno es paralelo a los temas de este libro, es oportuno anotar aquí de paso, que en la vida de los cristianos que vivimos bajo la unción del Señor, el ayuno es una práctica importante.
Hay quienes siendo cristianos evangélicos, auténticos, salvos; se han perdido la bendición de ayunar cuando menos alguna vez.
Pero, dentro del pueblo Pentecostal y Neo pentecostal, el ayuno es importante.
En Hechos 9.8-9 dice: “Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía a nadie; así que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco, donde estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió
Muchas veces me he preguntado: ¿Qué pasaría si como pastor yo tuviera la determinación de  invitar a cada recién convertido, meterse con Dios en ayuno y oración por tres días, sin comer pan, sin beber agua?
c)     MINISTRACION PROFETICA. En mucho las iglesias que recibimos el bautismo en el Espíritu Santo, tenemos discípulos más comprometidos y ministerios con mayor disposición de sacrificio y esfuerzo, en parte por tipo de ministración que recibimos.  Gozamos de la bendición de ser ministrados por apóstoles y profetas. En el caso de Pablo recién convertido, tuvo su primer contacto con un profeta, antes de asistir a su primer culto público con los demás cristianos. He aquí el pasaje bíblico: “Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista.
Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre.
El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel: porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.
Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado.”
En esta ministración Pablo recibe: 1) La sanidad de su vista física, 2) una profecía directiva de lo que sería su vida. Dios le hace saber que es un instrumento escogido para llevar su Nombre a reyes y naciones y que para ello deberá sufrir mucho por causa del Evangelio. Y 3) Recibe el bautismo en el Espíritu Santo.
d)    BAUTISMO EN EL ESPIRITU SANTO. Dado que este es el tema central que nos ocupa en esta primera parte del presente libro, es necesario subrayar este hecho en el contexto del equipamiento que el apóstol Pablo principió a recibir desde el principio. Dice concretamente, Hechos 9.17: “Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo”
Aquí vemos claramente que Jesucristo le encomendó a Ananías que ministrara a Pablo, sanidad de la vista y llenura del Espíritu Santo. Hay quienes han argumentado en contra de la manifestación de hablar en otras lenguas, que Pablo fue lleno del Espíritu y no dice la Biblia que habló en lenguas.
Quien afirma tal cosa, no han leído bien la Biblia. Es cierto que al momento en que Ananías le impuso las manos, aparentemente, Pablo no habló en lenguas al instante. Al menos, no lo asienta el Dr. Lucas en el Libro de los Hechos. Pero de allí, no podemos derivar que Pablo nunca habló en lenguas, ya que al hablar del tema de las lenguas a los corintios, les dice en I Cor. 14.18: “Doy gracias a Dios que hablo en lenguas más que todos vosotros
Con esta declaración de Pablo, cae por tierra cualquier argumento de quienes se esfuerzan más en resistir a la bendición de ser bautizados en el Espíritu Santo que en ser humildes para recibir esta bendición.
CONCLUSIÓN:
Indiscutiblemente, los apóstoles y ministerios del primer siglo de Cristianismo, y los discípulos de todas las iglesias que iban surgiendo, gozaban de esta misma bendición. Habían recibido el bautismo en el Espíritu Santo, y generalmente,  con la señal inicial de hablar en otras lenguas.


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