jueves, 24 de octubre de 2013

¿SALVACIÓN POR OBRAS O SALVACIÓN POR FE?


 
Apóstol Dr. Gabriel Sánchez
Velázquez con su hijo menor el Profeta
Joel Obed Sánchez Castro y un grupo de
 discípulos ministeriales.
INTRODUCCIÓN, FIDE SOLA:
La Religión Católica Romana insiste en su postura anti-bíblica de SALVACIÓN POR FE MÁS OBRAS. La Reforma surge con la potencia del Espíritu Santo proclamando “SOLA FIDE” (Sólo la fe). Que la Biblia establece que LA SALVACIÓN ES POR LA FE.
Martín Lutero, leyendo su Biblia en Latín encontró Romanos 1.17: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Y puso una nota marginal con su puño y letra: “Fide sola”. Muchos curas con un corazón torcido hay propagado la calumnia de que Lutero alteró el texto de la Biblia en este punto. Pero lo único que hizo fue poner una nota marginal para recordar la tremenda revelación que Dios le dio a partir de ese pasaje.

APARENTE CONTRADICCIÓN.
Los teólogos católicos usan de manera aislada versículos como  Santiago 2:24: “Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las OBRAS, y no solamente por la fe.” ¿Será que hay una contradicción entre lo que afirma Romanos 1.17 y lo que afirma Santiago 2.24? ¡NO! Y mil veces no. EN LA BIBLIA NO HAY CONTRADCCIONES. En la Biblia hay una armonía completa, perfecta y sin lugar a dudas.
La inamovible postura teológica de los Reformadores del siglo XVI en cuanto a la salvación, únicamente por la fe en Jesucristo sigue firme. Y sigue firme porque es la revelación bíblica.
Jamás será removida la revelación de Gálatas 3:11: “Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la FE vivirá”
¿Por qué entonces hay quienes ven un conflicto entre la fe y las obras? Por falta de revelación. En la Biblia no hay pugna entre la fe y las obras. Hay armonía y consecuencia.
La salvación se obtiene poniendo nuestra fe en Jesucristo (Efesios 2.8) Pero la mejor manera de probar que hay una fe auténtica y que hemos sido salvos, es mediante nuestras obras.
Así que, las obras no son requisito para ser salvos, sino prueba de que ya hemos sido salvos. Tal como lo afirma I  Pedro 2.12: “Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras BUENAS OBRAS”. 

CERTEZA DE LA SALVACIÓN POR LA FE.
Esta es la entrada en donde sobre una puerta de madera,
Luterio clkavó sus 96 tésis el 31 de octubre de 1517.
Actualmente la puerta es de bronce y tiene grabadas las
95 tésis.

El que nos salva es Jesucristo, y nosotros andamos en las buenas obras que Él preparó de antemano para que andemos en ellas. (Efesios 2.10)
Así que con gratitud y voz de júbilo, celebremos el 496 aniversario del inicio de la Reforma Protestante, que ha llegado hasta nosotros por gracia de Dios.
Pablo al disertar en Romanos 4.5-11 lo expone con una claridad diáfana en estos términos: “Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.  Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,  diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
Y cuyos pecados son cubiertos.  Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia.  ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia”

LAS OBRAS DE SUPER EROGACIÓN.
Los curas en su afán de insistir en la salvación por la fe y por las obras han caído en las aberrantes y grotescas posturas de las obras de súper-erogación que “acumuló la religión romana” para luego venderlas a los católicos mediante indulgencias.
Dicha falacia es que hay  católicos que hacen más  obras buenas de las que necesitan  para entrar al cielo, entonces al hacer cuentas, ellos le donan  a la santa madre iglesia católica las obras que le sobran. Entonces esas obras se han acumulado a lo largo de los siglos y mediante la autoridad papal de León X, ordenó la venta de dichas obras buenas (llamadas de súper erogación) para que los que no tenían buenas obras suficientes, pudieran comprarlas y así evitar o acortar el sufrimiento del purgatorio.
EL Arzobispo Alberto de Maguncia que recibió la autorización de comerciar las indulgencias, a su vez le delegó la venta a Juan Tetzel que era un monje dominico quien con respaldo papal, ordenaba que a la ciudad en donde llegara, tuvieran que redoblar las campañas de todas las parroquias, toda la gente tenía que acudir a escuchar su perorata. Perorata que terminaba diciendo: “Cuando tu dinero cae en el fondo de mi arca, tu difunto vuela del purgatorio al cielo

La reacción del Dr. Martín Lutero, fue la publicación de sus 95 tesis. Por ejemplo la tesis 66 dice: “Los tesoros de las indulgencias son redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres”
Tetzel vendiendo indulgencias que garantizaban el perdón de los
pecados pasados, presentes y futuros sin necesidad de
arrepentimiento ni purgatorio.
Federico III de Sajonia, y el príncipe del territorio vecino, Jorge el Barbudo, duque de Sajonia, prohibieron la venta en sus dominios, feligreses de Lutero viajaron para comprarlas. Cuando estos creyentes venían luego a confesión, presentaban las indulgencias plenarias que habían adquirido, demandando que ya no necesitaban arrepentirse de sus pecados, puesto que el documento prometía perdón para todos ellos y más. Habían oído que al haber comprado las indulgencias, tenían perdonados sus pecados pasados, presentes y futuros.

CONCLUSIÓN

Habría que profundizar más en el devenir histórico de Europa (en este caso), para entender mejor el porqué de la reacción de los reformadores ante los abusos sin límite del clero romano, la acogida multitudinaria del mensaje de la  SALVACIÓN POR LA FE y la vigencia de la REFORMA RELIGIOSA DEL SIGLO XVI. Por lo pronto nosotros decimos con Pablo en la I  Timoteo 1:17: “ Por tanto, al Rey de los siglos, INMORTAL, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén”.

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