UN ROTUNDO FRACASO DE JUAN PABLO II Y LOS CURAS CUADALUPANOS.
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Apóstol Dr. gabriel Sánchez Velázquez ministrando en FIladelfia GAM |
Juan Pablo II proclamó públicamente la santidad de Juan Diego en una Misa de Canonización en la Basílica de Guadalupe en México el 31 de julio, 2002. Su fiesta la fijó el mismo el papa romano el 9 de diciembre porque ése día, según el mito, Juan Diego tuvo la primera aparición de la diosa Guadalupe.
La leyenda que inventó el cura Pedro Sánchez más de un siglo después de los hechos que pretende describir y que lo intituló NICAN MO POHUA (Aquí se cuenta), dice que Juan Diego era un indio tan devoto que fue a misa el 9, el 10, el 11 de diciembrte y regresó a misa el 12 de diciembre.
Es del todo inverosímil que un indio que vive en Cuautitlán camine hasta Tlatelolco cuatro veces en menos de una semana, porque aparte de ser esclavo, ahora mismo los más fanáticos católicos guadalupanos no van cuatro veces a la semana a “ver” a la virgen.
Según la leyenda Juan Diego vio a la diosa guadalupana el sábado 9 de diciembre de 1531 en la mañana y por la tarde, el domingo 10 por la mañana y el martes 12 por la mañana.
La leyenda dice que Juan Diego vino a buscar un sacerdote que auxiliara a su tío Bernardino. También es algo traído de los cabellos ya que en Tlatelolco se inauguró la Parroquia hasta 1527. Y es impensable que un indio desde Cuautitlán venga a buscar a un sacerdote para que auxilie a un familiar. ¿Por qué? Porque los españoles vivían dentro de la ciudad de México y los indios a su alrededor como podían y donde podían. Los primeros diez años después de la conquista solo hubo masacres, y escaramuzas bélicas de parte de los indios.
La parroquia de Santiago Tlatelolco fue erigida después de la conquista del 13 de agosto de 1521, los vencedores eligieron el lugar donde los mexicas habían resistido los embates militares por más de 80 días.
En enero de 1522, Hernán Cortés decidió la construcción de la ciudad de México y al mismo tiempo borrar toda huella que recordara la grandeza de los vencidos. Designó a Tlatelolco como señorío de indígenas bajo el mando de Cuauhtémoc y el nombre de Santiago.
En 1527 se inauguró la primera parroquia en Tlatelolco, la cual fue construida con las piedras del Templo Mayor prehispánico. La iglesia se dedicó a Santiago, el santo patrono de las huestes de Cortés, y quedó al cuidado de los franciscanos.
En el año de 1531, diez años después de la llegada de los españoles en conquista deTenochtitlán los vencedores creían apagado el culto a los dioses indígenas, cuyos Teocalis habían sido demolidos uno a uno por las manos del conquistador sin sentido del derecho ajeno.
Nuestra gran Tenochtitlán ahora esta divida en vencedores y vencidos, los 78 grandes palacios, ahora profanados ya convertidos en residencias de conquistadores, y los vencidos ahora viven como pueden en las afueras de la destruida ciudad de los palacios.
Los frailes franciscanos que habían presagiado que la conversión de los hijos del Anáhuac iba a ser completa y deseada por parte de los pobladores de la ahora Nueva España, muy pronto se dieron cuenta de que los mexicas no eran aquellos salvajes que imaginaban y que no aceptaban ídolos ajenos.
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El tremendo "milagro" que el Papa Juan Pablo II
hizo con el indio Juan Diego (que jamás existió)
fue cambiar sus rasgos indios por los rasgos de
un bien parecido español con barba tupida. |
Así que diez años después de la caída del gran Imperio Azteca, sólo había ruinas, y un casi nulo número de indios asistiendo a misa.
Apenas siete años atrás, llegaron los primeros franciscanos qué traían la encomienda de obligar al indio a hacerse católico romano y dejar sus ídolos, por otros que el Romanismo les impondría. Así se substituye a Tonantzin por Guadalupe.
EL TEPEYAC ANTES DE LOS ESPAÑOLES.
El Tepeyac era el centro del culto a la diosa de la tierra, antes de la llegada de los españoles. En la imagen adjunta, la más famosa efigie de Coatuicue, procedente del Templo Mayor de Tenochtitlán.
En esta eminencia geográfica localizada en lo que fuera la rivera occidental del Lago de Texcoco, se encontraba el santuario más importante de la divinidad náhuatl. Era la diosa de la tierra y la fertilidad. EL nombre de esta diosa era Coatlicue (Del Nahuatl cóatl serpiente y cuéitl falda. O sea la señora de la falda con serpientes.
También se conocía como Teteoinan (Del Nahuatl téotl-dios y nan.madre); o sea madre de los dioses. Y también Tonantzin, (del náhuatl To-nuestra nan-madre y el sufijo tzin- venerable o respétada.
Nada extraño que los españoles hayan colocado allí mismo a Guadalupe, la diosa de Extremadura España de donde llegó Hernán Cortés; y al ver que los indios la rechazaban, idearon pintar una diosa morera. Hasta allí las cosas.
Demasiado tardía es la invención de la leyenda de las apariciones. La primera publicación del Nican Mopohua se realizó en 1649, por el bachiller Luis Lasso de la Vega, aunque los curas alegan que es una obra más antigua. Pero el hecho histórico allí está.La leyenda les ha salido casi bien a los curas, si no fuera por las inexactitudes históricas. Como ésta: Cuando los curas aseguran que en 1531 se aparece la guadalupana, y que el tal Juan Diego que no existió, se la lleva a Fray Juan de Zumarraga a Tlatelolco, Fran Juan de Zumárraga está en España todo ese año. Y en todos los escritos de Juan de Zumarraga, jamás hace mención de las apariciones ni de la tal Guadalupana.
Los curas hicieron substituciones en todos los Teocalis indígenas. En Amecameca en donde se adoraba a Teoamatl pusieron al Padre Jesús; en Chalma, en donde se adoraba a "Oxtoteotl" pusieron al Cristo de Chalma.
La veneración guadalupana fue floreciendo de manera muy lenta. En los mismos anales del Romanismo en donde se habla de testamentos a la diosa guadalupana, hay españoles que dejaban cinco pesos, dos pesos….porque se trataba de una diosa menor.
Aunque debes saber que todavía en 1810, cuando el ejército realista peleó contra los insurgentes, la guadalupana era relegada, y la Virgen de Prestigio era la de los Remedios.
Voytila hizo un ídolo más en México con Juan Diego, pero el milagro es tan grande que el ídolo actual tiene pelo ondulado, barba tupida y nariz recta… O sea, se trata de un indio con rasgos españoles como obra y gracia de la virgen.
Sin embargo, los católicos más sencillos perciben la mentira del supuesto santo, que no lo veneran.
Ya hace 12 años, el 31 de julio de 2002, el pontífice romano hizo santo a un personaje legendario, cuyo nombre inventado es Juan Diego Cuautlatoatzin.
Su santuario nacional que era un cine sobre Insurgentes, y que se le dio a la religión católica como comodato está sin techo. En catorce años 80 0 90 millones de católicos no han podido ni techar el templo de su diosito Juandieguito.
¿de que estamos hablando? De una aberración pontificia y un descalabro clerical.
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Cuatutlicue vive en la mazcla pintada de Guadalupe. Parte de
los elementos son los que trajeron de la Guadalupana de
Extremadura España, de donde era oriundo Hernàn Cortés y
la otra de los elementos indios de la diosa madre de los
pueblos nahuas. |
Pasa por el "santuario nacional de Juan Diego" que era un cine, repito, en Insurgentes y Montevideo, y que el clero bajo presión obtuvo como todo lo que le agrada de "a gratis", y después de más de una década no le ha podido poner ni láminas de cartón. Esperando que algún católico rico que no quiera pasar mucho tiempo en el purgatorio después de muerto, desembolse algunos millones para darle al santuario nacional "una mano e gato"
Se trata de un edificio viejo, abandonado y desolado. Que de ninguna manera refleja el fervor religioso de los católicos mexicanos, apenas superados por los budistas con sus procesiones multitudinarias y vistosas.
Este es un tiempo propicio para decirle al mexicano común: "Hay un Dios, y un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" I Timoteo 2.5