sábado, 22 de marzo de 2014

SEIS RAZONES POR QUÉ ORAMOS EN LENGUAS


Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez ministrando al
Obispo Fausto Cortés.
Versículo clave: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo” Judas 20

Objetivo: Que cada discípulo pueda dar razón bíblica sólida del por qué orar en lenguas es asunto de suma importancia. Los siervos de Dios que oran en el Espíritu manifiestan mayor poder y obtienen más abundantes frutos para el reino de Dios. Ya que ha surgido una corriente de evangélicos que están dejando la doctrina de la Gracia y al volverse a la Ley Mosáica, mucho de lo que es el Bautismo en el Espíritu Santo y sus consecuencia gloriosa, les estorban. Entonces: Niegan la veracidad, vigencia y razón de ser de las lenguas.

INTRODUCCIÓN
LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU Y LA ORACIÓN CON EL ENTENDIMIENTO

Por la gracia de Dios, millones de cristianos evangélicos que cuando íbamos tras los ídolos mudos, rezábamos, al convertirnos al Evangelio, principiamos a orar. Esta fue una de nuestras más maravillosas experiencias. Hablar con nuestro Padre sin repetir como el perico algo que aprendimos.

Pero, cuando hemos recibido el bautismo en el Espíritu Santo entramos a una nueva dimensión en la oración.

Dice I Corintios 14.15: “¿Qué pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento. Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”

Aquí está la base bíblica para afirmar que un hijo de Dios puede y debe orar en dos canales: con el espíritu, es decir, orar en lenguas, y orar con el entendimiento; como lo hemos hecho desde que nos convertimos.

Al respecto, es importante establecer que Dios siempre tiene un orden. El cristiano debe orar primero en el espíritu y luego con el entendimiento.
En algunos grupos pentecostales se sustenta que para poder orar en el Espíritu, o con el espíritu; hay que entrar en una especie de calentamiento espiritual orando con el entendimiento y después ya puede orarse con el espíritu. La Biblia establece que es al revés. Además, cuando se principia orando con el entendimiento, hay la propensión de poco a poco dejar de orar con el espíritu.


LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU NOS DA REPOSO
Menuchah es el término hebreo que se traduce REPOSO. en Isaías 28. 11 dice: “Porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo”

Desde que recibí el bautismo en el Espíritu Santo, infinidad de veces he escuchado las mismas frases de rechazo a la manifestación de lenguas de mucha gente, que dice eso: “Que lenguas, ni que lenguas, parecen tartamudos tratando de hablar”  Es una correcta percepción de las lenguas. Así lo declara la misma Escritura.

Pero si leemos la primera parte de Isaías 28.12, dice: “A los cuales él dijo: Este es el reposo. Dad reposo al cansado…” Aquí concurre el término MENUCHAH, que significa lugar de descanso, lugar de quietud, lugar de consolación, lugar de paz.

Hemos tenido la experiencia hermosa de ir a un hospital para orar por ejemplo con personas enfermas del corazón, y al momento de orar en lenguas, los aparatos del hospital reflejan una sensible mejoría en el ritmo cardíaco; mejora  la palpitación del enfermo.

MENUCHAH se refiere también a la condición misma del reposo. MENUCHAH se deriva del verbo NUACH, que significa: descansar, calmar, asentarse, alivio.

En Génesis 5.29 dice: “Y llamó su nombre Noé, diciendo: este nos aliviará de nuestras obras, y del trabajo de nuestras manos, a causa de la tierra que Jehová maldijo”. Aquí vemos como los padres de Noé le pusieron ese nombre porque previeron que su vida fuera placentera. Y Noé viene del verbo NUACH.

Así que en Isaías 28.12, MENUCHAH implica gran alivio, paz y seguridad.

En la misma línea de pensamiento está el Salmo 23.2: “En lugares de delicados pastos me hará descansar, junto a aguas de reposo me pastoreará”. Así que por extensión, cuando tú oras en lenguas, entras al reposo de Dios, estás en el lugar de reposo, literalmente bebes de las aguas de reposo.

En Números 10.33 dice: “Así partieron del monte de Jehová, camino de tres días; y el arca del pacto fue delante de ellos camino de tres días, buscándoles lugar de reposo” En este pasaje también concurre el término MENUCHAH. Al respecto podemos decir que nosotros no buscamos un lugar de reposo, sino una comunión con Dios en oración donde tenemos reposo. Y cuando oramos en lenguas, ese reposo es real e intenso.

LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU NOS DA REFRIGERIO.
En el mismo versículo de Isaías 28.12 en la segunda parte nos dice: “…y este es el refrigerio; más no quisieron oír.”  Este pasaje termina diciendo: “Más no quisieron oír” y se refiere a los líderes que por su soberbia desoyeron la profecía de Isaías. La soberbia y la incredulidad conducen a una vida desértica, pero una vida de fe desemboca en un refrigerio para el alma y para todo nuestro ser.

Orar en el Espíritu es un refrigerio. Para cuantos hemos recibido el bautismo en el Espíritu santo y hemos tenido esa maravillosa de orar en lenguas, no hay discusión. Orar en lenguas es un recurso de amor de Dios hacia sus hijos para quienes Él ha provisto una vida de continuo banquete espiritual, de refrigerio sin límite.


LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU NOS EDIFICA.
Dios quiere ministrarnos y bendecirnos a través del Espíritu Santo. Dice I Corintios 14.2: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”
No falta quien argumenta, que orar en lenguas tiene una actitud egoísta, porque dice la Palabra que quien ora en lenguas se edifica a sí mismo. Pero quien profetiza edifica a la iglesia. Entonces, es mejor profetizar.
Ambas cosas son necesarias. Para poder edificar a otros, hay que edificarnos antes a nosotros, porque para poder ministrar a otros hay que tener algo que darles. Y la mejor manera de ministrar con poder y eficacia a otros, es cuando lo hacemos después de habernos edificado nosotros y eso lo logramos orando en lenguas.
¿Quieres edificarte en el Espíritu Santo? Hazlo orando en lenguas. La oración debe fortalecer  y renovar el pacto con Dios. Dice Judas 20: “Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo”

Hay dos expresiones equivalentes: Orar en el Espíritu (Judas 20) y “orar con el espíritu” (14.15). En el primer caso Espíritu es con mayúscula porque se refiere al Espíritu Santo, en el segundo espíritu es con minúscula porque se refiere el espíritu de cada uno  de nosotros. En el primer caso es en el Espíritu y en el segundo caso es con el espíritu. Pero se refiere a la misma acción de orar en el plano de lo sobrenatural.

LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU NOS GUÍA.
Con frecuencia, los cristianos nos encontramos en una verdadera encrucijada. ¿Qué hacer? ¿Qué camino tomar? ¿Qué es lo que nos conviene pedir? Es en esos momentos, cuando el Espíritu Santo  puede y quiere intervenir en nuestras vidas e interceder por nosotros, con “gemidos indecibles”. Cuando atravesemos por un momento así en nuestro caminar diario, tenemos  un recurso sobrenatural a nuestro  alcance y es orar en lenguas. Dice Romanos 8.26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”

El pastor de una iglesia histórica me dijo: “Que desagradables ruidos producen los que dicen que oran en lenguas, son solo gemidos” Y le contesté: “Sí. Efectivamente, lo que usted me dice para descalificar lo sublime de esta experiencia es exactamente lo que la Biblia declara. El Espíritu intercede por nosotros con gemidos indecibles.

LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU ES CANAL DE REVELACIÓN.
Muchísimos cristianos que no han recibido el bautismo en el Espíritu Santo,  no tienen revelación de Dios en sus vidas. Solo saben de Dios lo que han aprendido de oídas. Pero cuando tú recibes el bautismo en el Espíritu Santo y principias a orar en otras lenguas, estableces un canal de revelación que de otro modo no se obtiene.

Dice I Cor. 14.2: “Porque el que habla en lenguas no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque por el Espíritu habla misterios.”

¿Qué es un misterio? Es una verdad todavía no revelada. ¿Cuándo el misterio deja de ser misterio para el cristiano? Cuando recibe la revelación de esa verdad.

Todos cuantos oramos en lenguas hemos recibido de Dios instrucción sobrenatural de cosas que están en la Biblia, pero que muchos no entienden. Tú oras en lenguas, principias a decir misterios, y el Espíritu Santo permea esos misterios en tu espíritu mientras oras. Más tarde de tu espíritu pasan a tu mente, y de pronto, sabes cosas de Dios que nadie te ha enseñado.

Puedo asegurarte en la presencia de Dios que un 90% del contenido de este libro, lo recibí directamente del Señor mientras he orado en lenguas. Más tarde, de pronto voy a una librería y veo algunas cosas que sé porque el Señor me las ha enseñado, plasmadas en esos libros, o voy a un culto o conferencia y escucho la enseñanza de algún siervo de Dios y lo que escucho confirma, lo que ya el Señor me ha mostrado de manera personal y directa.

LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU ES UN RECURSO DE ADORACIÓN Y DE ALABANZA
En Juan 4.23-24 dice: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
Cristianos orando en lenguas en la Comunidad Cristiana
Filadelfia de Misterios 576, Cd. de México.
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.”

De ningún modo podremos afirmar que si un cristiano jamás a orado con el espíritu, que no ha adorado “en espíritu y en verdad”. No, afirmar eso, sería algo temerario.  Pero sí podemos afirmar que cuando entramos a la presencia de Dios orando con el espíritu, establecemos de inmediato un manto de unción, Entramos a un momento especial de adoración y alabanza.

Eso fue lo que les pasó a los 120 en el Aposento Alto. Mientras algunos incrédulos que llegaron a escucharlos hablar en otras lenguas se burlaban de ellos afirmando que estaban ebrios, quienes eran piadosos declararon que los 120 estaban alabando a Dios. Dice Hechos 2.11: “…cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios” En el libro de los Salmos, “contar las maravillas de Dios, es alabarle.

Cuando oramos con el entendimiento, puede llegar un momento en que se nos agotan las palabras, pero si echamos mano de la oración en lenguas, tendremos un vasto recurso de adoración al Señor por tiempo indefinido. Cuando oramos en lenguas podemos hacerlo por mucho tiempo,

El Señor quiere que rindamos a El nuestra vida, le adoremos y cumplamos su voluntad por esta razón el recurso más viable para ser este tipo de adorador, se encuentra en la oración en el Espíritu.

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