jueves, 20 de marzo de 2014

BAUTISMO EN EL ESPÍRITU DIFERENTE A LA SALAVACIÓN


Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez, felicitando a su hijo el Lic. Joel
Obed Sánchez Castro, minutos después de la boda civil de Joel con
Mary Carmen.
Versículo clave: “ Porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.” Hechos 8.16

Objetivo: Dios quiere que aprendamos es que el bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia diferente y generalmente posterior a la experiencia de salvación. Y que quienes dejan el Pacto de la Gracia, para volverse a la ley mosáica, pronto niegan su experiencia de haber sido bautizados con el Espíritu Santo y propagan que las lenguas que hablaron cuando eran cristianos, son falsas. Son ilusorias, que eso no existe.

INTRODUCCIÓN
Es obvio que el derramamiento del Espíritu Santo en Jerusalén el domingo de Pentecostés, no fue el único derramamiento. El Libro de los Hechos da razón de otros momentos gloriosos dentro de la iglesia naciente.

Cada uno de ellos tiene un objetivo. Esa visitación de Dios para la iglesia en Samaria está narrada en el libro de los Hechos. Veamos.
Dice Hechos 8:14-16: “Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan;  los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús.”
a)      BAUTISMO EN EL ESPIRITU, EXPERIENCIA DIFERENTE A LA SALVACIÓN. Dice Hechos 8.16 que, los samaritanos habían sido evangelizados por Felipe. Los convertidos incluso ya habían sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; pero tenían una característica en común. Nadie de ellos había recibido el bautismo en el Espíritu Santo. Por eso podemos saber que cuando menos en algunas ocasiones, algunos cristianos pueden recibir el bautismo en el Espíritu Santo después de su experiencia de salvación.
b)      COBERTURA APOSTÓLICA. Hechos 8.14 nos habla del principio de cobertura espiritual y sujeción de los ministerios a la autoridad apostólica.  Ya que cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén supieron de la conversión de los samaritanos, no consultaron el parecer de Felipe, solamente en enviaron a Pedro y a Juan para ministrar el bautismo en el Espíritu Santo, y llegados ellos a Samaria, Felipe los recibió, les dio su lugar, y ellos ministraron. Este es el orden teocrático de la Biblia.
c)      DIOS TIENE DIFERENTES FORMAS DE MINISTRAR EL BAUTISMO EN EL ESPÍRITU SANTO. Notemos que hay varias formas externas en que podemos recibir el bautismo en el Espíritu Santo. En Jerusalén, los discípulos estaban sentados, y el Espíritu Santo vino de manera directa. En Hechos 8.15 dice que en Samaria, los apóstoles Pedro y Juan oraron por los discípulos y ellos recibieron el Espíritu Santo,  en Éfeso (Hechos 19) Pablo impuso sus manos en cada discípulo y cada uno recibió el bautismo en el Espíritu Santo.
d)      HAY ALGO EXTRAORDINARIO AL  RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO. En Hechos 8.18  hay un planteamiento importante. En el caso de Samaria, el Libro de los Hechos no dice que los discípulos que recibieron el bautismo en el Espíritu Santo hablaron en otras lenguas. Sin embargo había algo visible. De otro modo ¿Cómo fue que Simón el mago se dio cuenta que al imponer las manos los apóstoles, los discípulos recibían el Espíritu Santo y él quiso comprar esa facultad?
Al respecto podemos derivar  cuando menos dos conclusiones: 1- Que los samaritanos sí recibieron el bautismo en el Espíritu Santo y sí hablaron en lenguas al momento, aún cuando no se enuncie; ya que pudo haber sido obvio para el escritor de Hechos, en virtud de que en todos los demás casos siempre hubo dicha manifestación de hablar en lenguas. 2- Que los samaritanos recibieron el bautismo en el Espíritu Santo con una clara manifestación de regocijo, aunque  hayan hablado en lenguas después, como le sucedió a Pablo, como ha quedado explicado en la introducción de esta obra.
a)      EN EL EVANGELIO TODO ES DE GRACIA. En Hechos 8.20-24 aprendemos que las cosas de Dios, y particularmente el ministrar el bautismo en el Espíritu Santo, no  se puede comprar con dinero. He aquí el texto: “Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero. No tienes  tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.  Respondiendo entonces Simón, dijo: Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.”
Uno de los diez mil errores que el Catolicismo Romano defiende es la venta de las sedes episcopales, a dicha práctica que se le conoce como simonía, en referencia a Simón el Mago que describe Hechos 8. No debemos tolerar ni siquiera que los predicadores o cantantes cobren una tarifa determinada por su actuación o ministración, en virtud de la declaración del Señor Jesús en Mateo 10.8 que dice: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”
b)      UN DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU DEBE SER SEGUIDO DE DISCIPULADO Y EVANGELIZACIÓN. Cuando una iglesia recibe el bautismo en el Espíritu Santo, se inicia un gran avivamiento con dos vertientes básicas: Se intensifica el discipulado y la evangelización. Dice Hechos 8.25  “Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron a Jerusalén, y en muchas poblaciones de los samaritanos anunciaron el evangelio”.
CONCLUSIÓN

Gente que había sido cristiana y ha recibido el Bautismo en el Espíritu Santo, de pronto, se vuelve a la ley mosáica y entre otras cosas niega su experiencia de haber recibido el bautismo en el Espíritu Santo. Afirma que las lenguas de los pentecostales son falsas, y deja de vivir los milagros que el pueblo de Dios recibimos y gozamos a diario. Claro! Se han vuelto a la ley, han dejado la gracia. Y ahora viven en la letra que mata, porque dejaron al Espíritu que vivifica. Apegados a la enseñanza de las Escrituras, los cristianos debemos recibir la experiencia personal de salvación y además, a la misma vez o más tarde, la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo. Bautismo en el Espíritu Santo que está vigente para los hijos de Dios.

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