Junto al bautisterio de la Comunidad Cristiana Filadelfia, el Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velazquez y su hijo el futuro Apóstol Gibbar Sánchez Vizcarra. |
DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA:
Bautismo se deriva del término griego, (egw baptizw)
EGO BAPTITZO, que significa, YO SUMERJO, o YO TIÑO.
Así que bautizar es sumergir. Cuando el término se aplica a la fe
cristiana, los nuevos convertidos, son
sumergidos en agua en el Nombre de Jesucristo con quien tienen una triple
identificación.
SIGNIFICADO ESPIRITUAL DEL BAUTISMO:
Romanos 6.1-9 dice: “1 ¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos
en el pecado para que la gracia abunde?
2 En ninguna
manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?
3 ¿O no sabéis que
todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en
su muerte?
4 Porque somos
sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros
andemos en vida nueva.(A)
5 Porque si fuimos
plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección;
6 sabiendo esto,
que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo
del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
7 Porque el que ha
muerto, ha sido justificado del pecado.
8 Y si morimos con
Cristo, creemos que también viviremos con él;
9 sabiendo que
Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se
enseñorea más de él.
10 Porque en
cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; más en cuanto vive, para Dios
vive.
11 Así también
vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús,
Señor nuestro.
12 No reine, pues,
el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus
concupiscencias;
13 ni tampoco
presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino
presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros
miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14 Porque el
pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la
gracia”
De acuerdo al pasaje anterior, el bautismo en agua, es una identificación
con Jesucristo en:
v Su muerte. Porque así como Jesucristo murió, el viejo
hombre muere al pecado.
v Su sepultura. Jesús fue sepultado, y cuando uno muere
también es sepultado. Aquí el que muere es el viejo hombre. La vida vieja. Por
tanto la inmersión es la única forma válida para que el simbolismo sea pleno.
v Su resurrección. Así como Jesucristo resucitó de los
muertos, cuando el creyente sale de las aguas, viene a una vida nueva en
Jesucristo.
REQUISITOS PARA SER BAUTIZADOS:
Si nos preguntamos, ¿quién debe ser bautizado? La Escritura
responde que deben hacerlo quienes:
v Han creído en el Evangelio. Marcos 16.16 dice: “El que
creyere y fuere bautizado, ese será
salvo. Más el que no creyere, ese será
condenado.”
v Han decidido hacerse discípulos de Cristo. Discípulo,
viene del término griego (mateteV) MATETES. Que significa: Aprendiz, seguidor. Y
tiene la connotación de alguien que quiere caminar con su maestro y llegar a
ser como es el maestro. Dice Mateo 28.19: “Por tanto, id y haced discípulos a
todas las naciones, bautizándolos en el Nombre del Padre, y del Hijo y del
Espíritu Santo.”
v Quienes se han arrepentido. Dice Hechos 2.38: “Pedro les
dijo, arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo
para remisión de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo”,
Entonces, ¿quién debe bautizarse? Quienes tienen la
capacidad de creer, hacerse discípulos y arrepentirse de sus pecados. Por lo
anterior sabemos que de acuerdo con la Palabra, los bebés y niños pequeños NO
DEBEN SER BAUTIZADOS.
FORMULA DEL BAUTISMO:
Por favor nota que dice la Biblia, EN EL NOMBRE, y no dice
en los nombres. EN EL NOMBRE, ES
SINGULAR. Se refiere a un solo nombre.
Tú puedes notar que en Mateo 28.19-20 el Señor Jesucristo
establece la ordenanza del bautismo en agua. Veamos: “Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo. Amén.”
Pero en Hechos 2.38 está la ejecución de esa ordenanza:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
He escuchado pastores que dicen: “Pedro pudo haber dicho lo
que quiso, pero yo hago lo que dije el Señor Jesucristo. Pero entre lo que
Jesucristo dijo y lo que Pedro dice: “Bautícese en EL NOMBRE DE JESUCRISTO”. No
hay contradicción. Pedro obedeció perfectamente bien la orden del Señor Jesús. No hay incoherencia, sino una perfecta
concordancia. Pedro estaba acompañado de los 11 apóstoles y nadie dijo, “Pedro,
te has equivocado”, o “Pedro no cambies la fórmula” Y es que Pedro y los otros
once, entendían lo que lamentablemente muchos líderes todavía no
entienden, no han visto en la Palabra
la fórmula, o aunque la vean, prefieren mantenerse en la tradición
católico-romana. Pero es categórico que la Biblia nos enseña que todo lo que
hagamos sea de palabra o de hecho, lo hagamos en el Nombre de Jesucristo. Colosenses 3.17 dice: “Y todo lo que hacéis,
sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando
gracias a Dios Padre por medio de él”
Así que, en la Biblia no hay contradicciones, ni dos
fórmulas para el bautismo en agua. Solamente hay una. Bautizarse en el Nombre
del Señor Jesucristo. Todos los casos de bautismos en agua que el Libro de Los
Hechos narra, fueron ministrados en el Nombre que es sobre todo Nombre. Y
ahora, en estos tiempos de restauración, Dios nos ha traído a esta revelación
de la importancia suprema del Nombre que es sobre todo nombre: JESUCRISTO.
El siguiente párrafo lo tomo con reservas de su información,
porque no conozco la versión del Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov, ni la
traducción Kadosh Israelta Mesiánica de Diego Ascuce (2003) del blog:
http://visiondeprofetas.blogspot.mx/
El Bautismo debe hacerse en el Nombre de Jesús (Ro. 6:1-6;
Col. 2:12-13; Hch. 2:38; 8:14-17; 8:37,38; 10:43,48; 16:30-33; 19:4,5; 22:16; 1
Co. 611; Gl. 3:26,27; 1 Jn. 2:6,12; Col. 3:17) Mateo 28:19 que es el único
versículo que ordena bautizar en el triple nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Evidentemente no pertenece a las escrituras originales. La
versión del Evangelio Hebreo de Mateo de Shem Tov no nombra la fórmula
trinitaria, y la traducción Kadosh Israelita Mesiánica de Diego Ascunce (2003)
expresa el texto de la siguiente manera: Mateo 28:19 “Por lo tanto, vayan a
hacer talmidim (discípulos) a gente de todas las naciones, dándoles la
inmersión en mi Nombre.” El bautismo invocando los nombres “Padre, Hijo, y
Espíritu Santo” no se usó en el tiempo apostólico ni en los primeros siglos de
la Iglesia, sino que fue una interpretación posterior que vino juntamente con
todas las demás doctrinas falsas fruto de la apostasía, y que fueron aceptadas
y confirmadas por el Concilio de Nicea en el año 325, y el Concilio de
Constantinopla en el año 381. Hay claras evidencias de que las palabras “del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” en Mateo 28:19 fueron puestas en el
evangelio de Mateo en un tiempo posterior a los cristianos primitivos, por lo
menos, así lo establece Eusebio de Cesarea (265-339 dC), católico del tiempo
del Concilio de Nicea (325).
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