Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez con sus jóvenes discípulos quienes son verdaderos hijos en el Evangelio. |
En Efesio 4.12 dice: “A fin de PERFECCIONAR a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” Aquí el término griego es katartismoV (KATARTISMOS), que significa un ajuste o plena preparación.
Jesucristo ha encargado de esta labor a los ministerios de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Ellos deben ‘preparar' y ‘equipar' a los creyentes para hacer obras de servicio en la Iglesia. Los cinco ministerios de Efesios 4.11 entrenan a los discípulos de la iglesia a fin de que puedan hacer la obra del ministerio y, de esa manera, cumplir la voluntad de Cristo para la Iglesia. La primera acotación importante en la perspectiva de la restauración es que CADA DISCÍPULO TIENE UN MINISTERIO. No hay discípulos con ministerio y discípulos sin ministerio.
Somos células vivas en el Cuerpo de Jesucristo, y como tales, debemos servir, debemos funcionar. Tener un ministerio es recibir la capacidad de servir con una función específica dentro del Cuerpo de Jesucristo.
La misión fundamental de los Ministerios de Efesios 4.11 es entonces, equipar a los santos, (entrenar) para:
1. Ministrar Al Señor (Hch 13:1, 2), como lo hizo la Iglesia de Antioquía. Dice Hechos 13.1: “MINISTRANDO éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado.” Ministrar al Señor es lo prioritario en el orden de Dios, Hoy en día miles de iglesias hacen todo, menos ministrar al que los ha salvado. Falta el equipamiento de los ministerios de Efesios 4.11.
2. Fortalecer la vida de los cristianos. Indudablemente que así como Dios nos hizo a los seres humanos para vivir en sociedad a los cristianos nos hizo gregarios para vivir dentro de la Comunidad Cristiana. No se puede ser cristiano cual llanero solitario. Crecemos, adoramos, somos discipulados, tenemos kiononía, y servimos dentro la iglesia, el Cuerpo de Jesucristo. Dice Hechos 2.44-47: “Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.” Este es el orden Dios para los santos y para que sea vivencia de todos los cristianos hoy, se requiere el equipamiento de los Ministerios de Efesio 4.11, particularmente la de los apóstoles y profetas.
3. Cumplir la Gran Comisión. Para que Hechos 2.47 sea una vivencia de nuestras congregaciones en este siglo XXI, esto es, que “el Señor añada cada día a la iglesia los que han de ser salvos” se requiere que nosotros como iglesia, veamos a la GRAN COMISIÓN, como una de las razones primarias por lo que existimos como Iglesia. Dice Lucas 2446-48: “Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas.”
Una iglesia que no crece ya ha principiado a morir. Como un organismo vivo, la Iglesia debe crecer y se debe reproducir. De allí que cuando la iglesia tiene una alimentación adecuada, una ministración con los dones del Espíritu y va madurando en el conocimiento de Dios y de su voluntad, va a experimentar un crecimiento cualitativo y cuantitativo sustentables. “Cada día, el Señor añadirá a quienes han de ser salvos”
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