Apóstol Dr. Gabriel Sánchez, Apóstol Esther Castro de Sánchez, Pastora Brenda Sánchez Castro y Profeta Joel Obed Sánchez Castro. |
Estoy de acuerdo con Carlos Tomas Knott, quien piensa como miles
de teólogos e historiadores honestos, que la
Religión Católica Romana es la Mujer ebria de la sangre de los santos.
Dice Apocalipsis 17. 3-6 estas reveladora palabras: “Y me llevó en
el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata
llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la
mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras
preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de
abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro”.
¿Quién es esta mujer que el Apóstol Juan vio tan lujosamente vestida, con el
cáliz de oro, y encima de una bestia que representa los gobiernos de este
mundo? ¿Conoces una religión que se siente mujer y se hace llamar madre?¿
Conoces una organización religiosa que
también es una ciudad, y además, edificada sobre siete montes? ¿No has oído del
Vaticano, de Roma? ¿Sabes que vaticano significa el lugar donde se
vaticina? ¿Sabes que la Religión Católica Romana es la organización espiritista
más grande de la tierra, y que es la que más muertos invoca en sus ritos?
Aquí, lo sobresaliente es que mediante una revelación del Espíritu
Santo, Juan mira a esa mujer ebria de la
sangre de los santos.
Hay millones de personas en este mundo que son inocentes e
ingenuas que le creen a los curas todo lo que dicen. Sin saber que el clero ha
controlado la información verídica, de manera que han mentido mil y una vez, sin que les
preocupe otra cosa que el status quo.
¿No sabes que el Catolicismo Romano llegó a ser “la fe más
perseguidora que jamás se ha visto en el mundo... mandando a los reyes la
imposición de la religión “católica romana” sobre todos sus súbditos”?
¿Cuántos hemos podido leer
lo que al historiador Católico Romano
Peter de Rosa, en su libro Vicars of Christ? Este historiador con toda
la autoridad ética e intelectual que le es propio, describe cómo el Papa “Inocente III mató a muchísimos
más cristianos en una tarde... que cualquier emperador romano en todo su
reino”? Así que de inocente no tuvo
nada.
Así ha tratado a sus feligreses la Santa (?) Madre Iglesia Católica Apostólica y Romana |
Más bien, Inocencio III encarna
la bestia anunciada en el Apocalipsis, y que tenía que manifestarse en
la Historia. Inocencio III hizo estallar la tormenta, al intentar el regreso de
los valdenses y albigenses al Romanismo. Estableció primero a los monjes
dominicos para lograrlo, eran
nulos, aprovechó como pretexto el
asesinato anónimo del nuncio papal Pedro
de Castelnau en 1208 para decretar una cruzada contra los herejes del sur de
Francia. Dicha cruzada tuvo simpatía del Rey de Francia debido a que muchos
grandes señores franceses eran muy independientes del rey, pero con esta
cruzada se veía la necesidad de organizase bajo el poder del rey. (Aquí como
casi siempre la Iglesia Romana combinó Intereses.
La cruzada duró de 1198-1229. En ese tiempo fueron aplastados los
nobles y arrasadas ciudades enteras. Al término de la lucha, se efectuó en
Tolosa en1229 en sínodos de mucha importancia donde se prohibió el uso de la Biblia para los
legos, ya que cataros y valdenses la
leían, sabían y propagaban.
El historiador Will Durant escribe francamente: “Comparada con la
persecución de la herejía en Europa de 1227 hasta 1492, la persecución de los
cristianos por los romanos durante los primeros tres siglos después de Cristo
fue algo moderado y de proceder humano”.19
Durant en su libro Historia de la Civlizacion, afirma: Debemos
asignar a la Inquisición el mismo grado que las guerras y las persecuciones de
nuestros tiempos, como una de las manchas más negras en la historia de la
humanidad, y que revela en la “Religión Católica Apostólica” una ferocidad
desconocida en las bestias”20
Peter de Rosa afirma que el autor egipcio Rollo Ahmed expresó de
la Religiòn católica: “la más inmisericorde y feroz institución que el mundo ha
conocido” y añade Ahmed: “Por supuesto que no todos los disidentes proclamaron
abiertamente su deslealtad a Roma. Así
que hubo “herejes” secretos que tenían que ser buscados diligentemente. El
método inventado fue la Inquisición”.
Mientras el autor escribe este capítulo, en una página de Internet,
recibe varios reclamos contra un video en donde el autor habla de la Reforma
del Siglo XVI. Lo sorprendente es que los apologistas católico-romanos se
tuercen como serpientes, tildando al que esto escribe de ignorante; y con engaño intentan absolver a su “Santa
Madre Iglesia” de toda responsabilidad en cuanto a los herejes que fueron
quemados.
Ellos alegan que la Inquisición fue obra del estado. Pero ningún
gobierno civil sostuvo un solo juicio de herejía contra ciudadano alguno. Los
estados solamente recibieron órdenes de quemar vivos a los herejes.
Pero gracias a Dios que somos millones de cristianos evangélicos
que podemos analizar la Historia sin apasionamiento ni prejuicios, y son otros
millones de seres humanos, intelectuales y pensantes que ajenos a cualquier
corriente religiosa pueden contemplar el panorama católico romano y concluir
que la inquisición es la página más ruin de la historia occidental.
Las penas fueron ejecutadas por la autoridad civil, pero solamente
como “el brazo secular” de la Iglesia. Inocente III mandó al arzobispo de Auch
en Gascony: “Le damos una orden estricta que de cualquier manera que halle, Ud.
destruya todas estas herejías... puede hacer que el príncipe y el pueblo las
supriman con la espada”. El Papa ofreció “una indulgencia plenaria a los reyes
y los nobles de Francia por su ayuda en la supresión de la herejía Catarista. A
Felipe Agusto, a cambio de semejante ayuda, el Papa ofreció las tierras de
todos los que no vinieran a la cruzada contra los albigenses”
Comte Le Maistre, en sus cartas escritas en 1815 para justificar
la Inquisición Española, dijo que ella existía: “por virtud de la bula del
soberano pontífice” y que el Gran Inquisidor “siempre era un arzobispo u
obispo”21
Y si las autoridades rehusaren ajusticiar al condenado, ellas
mismas eran llevadas ante el Tribunal y condenadas a las llamas. Carlos Tomas
Knott afirma:
“Gregorio IX, en 1233, entregó el oficio permanentemente a los
dominicos, pero siempre para ser ejercido en el nombre y por la autoridad del
Papa” De ochenta Papas en un linaje partiendo del siglo XIII y en adelante,
ninguno de ellos desaprobó la teología y el aparato de la Inquisición. Al
contrario, uno detrás de otro añadía sus toques crueles a esta máquina fatal.
No estamos citando a protestantes ni a ex católicos rebotados, sino a
historiadores católicos.”22
21) Le Maistre, Letters on the Spanish
Inquisition. USA. 1843. p. 39 citado por
R.W. Thompson en The
Papacy and the Civil Power. USA. 1876. p. 83.
22) Knott, Carlos Tomas. Roma Semper Idem. Documento.
Con razón el apóstol Juan estaba asombrado, al ver lo que se
llegaría a hacer en nombre de Cristo. ¡Ebria con sangre! ¡Qué asco! Así Dios deshace en pocas palabras
toda la supuesta pompa y majestad de esa “madre”, que por cierto madre es, de
las rameras y de las abominaciones de la tierra (v. 5), pero no de los fieles,
no de los creyentes en Cristo Jesús.
De manera solemne, este
autor te asegura que ¡si Roma es
tu madre, Dios no es tu Padre! Ella es madre de rameras, así que dejémonos de
historias de su soberanía, magisterio, infalibilidad, etc., porque es todo
falsificado y fingido como maquillaje de ramera.
Quemar vivos a los disidentes era para la Roma sanguinaria, un servicio a Dios. Roma semper idem |
Roma, y los que han bebido de su cáliz, y los que se han echado en
la cama con ella tendrán el mismo fin de condenación eterna.
Prefectura de la Congregación para la Conservación de la fe
(La Santa Inquisición)
Para el Romanismo es ocurrente que cada cosa que hace o tiene es
“Santa.” Por eso, al instrumento de terror y muerte con que ha perseguido a
muchos auténticos cristianos a quienes llama herejes; ha usado un mecanismo vil
al cual sin remilgos, también llama “santa”; La Santa Inquisición. La
inquisición fue la forma vil como el papado puso un cerco de muerte y terror al
mundo conocido para impedir el avance la predicación del Evangelio por medio
de los predicadores evangélicos que Dios
levantó en todos los países de Europa a raíz de la reforma Religiosa del siglo
XVI.
Sé de personas honestas que dicen; “bueno, pero ahora ya no hay Santa Inquisición”. Es
uno más de los engaños del Papado al mundo contemporáneo. La Inquisición jamás
ha sido abolida, solamente cambió de nombre. Ahora se llama Prefectura de la
Congregación para la Conservación de la Fe.
El Concilio IV de Letrán de 1215, convocado por el papa Inocencio
III, dictó un reglamento que dio forma a la Inquisición pontificia, reagrupando
disposiciones de los papas que lo precedieron en concilios anteriores.
Los puntos principales eran:
· Toda herejía debía
ser perseguida concertadamente por las autoridades civiles y eclesiásticas.
· Los procesos
deberán ser iniciados de oficio —sin instancia de parte—.
· Los obispos deberán
disponer la realización de inquisición en cada parroquia de su diócesis.
· Las propiedades de
los herejes deberán ser confiscadas.
· Los recalcitrantes deberán ser relajados al
brazo secular para ser sancionados. (Quemados vivos)
La palabra relajar significa según el DRAE: "entregar el juez
eclesiástico al secular un reo digno de pena capital." En buen romance,
los mandaban al verdugo. ¿Para qué? Para que los torturara y los quemara vivos,
y si el verdugo resultaba misericordioso, podía desnucar al condenado, y ya
muerto quemarlo.
Si bien los papas habían encomendado a los monjes cistercienses
algunas inquisiciones aisladas contra grupos de herejes, aún no había una
Inquisición organizada.
Alarmado por la difusión del protestantismo y por su penetración
en Italia, en 1542 el papa Pablo III hizo caso a reformadores como el cardenal
Juan Pedro Carafa y estableció en Roma la Congregación de la Inquisición,
conocida también como la Inquisición romana y el Santo
Oficio. Seis cardenales, incluido Carafa, constituyeron la
comisión original, cuyos poderes se ampliaron a toda la
Iglesia
Cuando Carafa se convirtió en el papa Pablo IV en 1555 emprendió
una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales (como el
prelado inglés Reginald Pole). Pablo IV
encargó a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban
contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de Libros
Prohibidos en 1559, dicho índice estaba encabezada por la Biblia.
Los papas posteriores ratificaron los métodos infames de la
Inquisición romana, no ha habido un solo papa en la Historia que la condene,
todos la han justificado. Todos la
consideran como el instrumento
consuetudinario del Gobierno papal para regular el orden en la Religión
Católica Romana y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y condenó a
Galileo en 1633.
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la
Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su
réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en
las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos
fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos
romanos y protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la
consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando
Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o
la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el
apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran
inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los
tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más
ocupados con la hechicería que con la herejía. . Se estableció en Sicilia en
1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán.
LA NOCHE DE SAN BARTOLOME
La Matanza o Masacre de San Bartolomé es el asesinato en masa de hugonotes
(protestantes franceses) [ ] durante las
Guerras de religión de Francia del siglo XVI. Los hechos comenzaron el 24 de
agosto de 1572 en París, extendiéndose durante los meses siguientes por toda
Francia.
El almirante Coligny era el líder del partido de los hugonotes, y
hubo un intento previo de asesinarlo. Dicho intento fracasó. Pero a raíz de
dicho fracaso en el Rey Carlos IX y en otros miembros de su corte creció el
temor de una venganza de los protestantes contra la corona.
Coligny era sumamente respetado. Consciente del peligro
protestante, el rey se entrevistó con Coligny asegurándole amparo. Pero surgieron
otros hechos no previstos.
Mientras la reina madre cenaba, los protestantes irrumpieron a
pedir justicia. Esta situación hizo crecer los temores de una revuelta de los
Hugonotes buscando represalias; más aún, la presencia en las afueras de París
del cuñado de Coligny al mando de unos 4.000 hombres que acampaban allí creó en
los católicos de la ciudad la certeza de que se preparaba una matanza por parte
de los protestantes para vengar el atentado. Esa misma noche, Catalina de
Médicis mantuvo una reunión en las Tullerías con sus consejeros italianos y el
barón de Retz, excepción hecha de los príncipes Enrique de Navarra y el
príncipe de Condé.
Poco después, las autoridades municipales de París fueron
convocadas a palacio. Se les ordenó cerrar todas las puertas de la ciudad y
proporcionar armas a los burgueses, a fin de prevenir cualquier tentativa de
sublevación. Es difícil, todavía, determinar la cronología de los hechos y
conocer el momento exacto en el que empezó la masacre. Parece ser que fue una
señal dada por las campanadas de maitines desde la iglesia de San
Germán-Auxerrois, próxima al Louvre y parroquia de los reyes de Francia. De
inmediato, los nobles protestantes fueron expulsados del palacio del Louvre y
masacrados en las calles. El almirante Coligny fue sacado por la fuerza de su
lecho y arrojado a la calle por una ventana de palacio. Ya de madrugada, el
pueblo empezó a perseguir a los protestantes por toda la ciudad. La matanza
continuó durante varios días pese a las tentativas del rey por detenerla.
Algunos historiadores dicen que la sangre de los mártires protestantes corría
en las calles de Paris, como corre el agua después de una fuerte lluvia.
Sea como fuere, la noche de San Bartolomé resultó provechosa para
algunos. El 26 de agosto el rey, en una sesión solemne de las Cortes les endosó
la responsabilidad de la matanza. Declaró que él pretendía:
"prevenir la ejecución de una detestable y desdichada
conspiración tramada por el susodicho almirante, jefe y autor de la misma y sus
secuaces y cómplices contra el rey y su Estado, la reina, su madre, MM. sus
hermanos, el rey de Navarra y cuantos príncipes y nobles que estuvieran a su
lado."
De todos modos, en las capitales de provincia se secundó la
masacre. El 25 de agosto los asesinatos tuvieron lugar en Orleans y Meaux; el
26 en la Charité-sur-Loire; el 28 y 29 en Angers y Saumur; el 31 de agosto, en
Lyon; el 11 de septiembre en Bourges; el 3 de octubre en Burdeos; etc. El
número de muertos se estima en total en 2.000 en París y de 5.000 a 10.000 en
toda Francia. ¿Si el Papa tuviera el espíritu de Jesucristo, que hubiera hecho
ante esta masacre? Seguro que se hubiera indignado. Pero no. El Papa Gregorio XIII, en cuanto supo la
noticia, organizó un solemne Te Deum en la basílica de San Pedro, y mandó a
acuñar una medalla conmemorativa de la matanza. En dicha medalla, al anverso
pusieron la esfinge de Gregorio XIII, y en el reverso una mujer ebria con la
sangre de los mártires. ¿Coincidencia?
¿Conocería el Papa el pasa de Apocalipsis con que abrimos este capítulo? Felipe II de España demostró su satisfacción
con dicha matanza.
Isabel I de Inglaterra fue la única soberana de toda Europa que
manifestó categóricamente su reprobación a tan barbarie. Y se negó a recibir al
embajador francés, hasta que éste, pareció aceptar la tesis del complot contra
los protestantes de Francia.
Los historiadores católicos quieren justificar la brutalidad
desmedida de la Inquisición, alegando que
muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como
la Inquisición española, y repiten cientos de veces el muy reprobable caso de
Juan Calvino, y su juicio en contra de Miguel de Servet; quien por
sustentar que la doctrina trinitaria es
de origen pagano; fue quemado vivo en
Ginebra. Este hecho es reprobable, y una de las páginas más negras del
Protestantismo Suizo. Sin embargo, La Inquisición quedó al fin suprimida en
España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes
de Cádiz, en 1812, después de asesinar de la manera mal vil imaginable a
cientos de miles de inocentes.
En 1965 el papa Pablo VI, respondiendo a
numerosas quejas, reorganizó el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de
Prefectura de la Congregación para la Conservación de la fe.
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