Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez cantando al Señor en la Comunidad Cristiana Filadelfia con sus hijos Brenda y Joel |
Después del Concilio de Nicea, el cual
fue convocado, presidido y definido por
Constantino el Grande; León I, obispo de
Roma en el siglo V (440-460) por primera
vez se atrevió a interpretar Mateo 16.18-19, Lucas 22.31-32 y Juan 21.15-17
como ahora los entiende la Religión Romana.
A continuación algunos ejemplos de lo que
venimos discurriendo:
Juan Crisóstomo (345 - 407)
Muy notable líder cristiano del Oriente, a pesar de ser uno de los
promotores de la festividad navideña en Antioquia de Siria, es un
fiel reflejo del pensamiento cristiano de sus tiempos en cuanto al
papado.
Juan Crisóstomo sostuvo que “La roca en la cual está fundada la iglesia
es la Confesión de Fe que Pedro pronunció: Tu
Eres el Cristo, El Hijo de Dios Viviente” Sobre esa confesión de fe
de Pedro está fundada la Iglesia, sostuvo el pensador.
Jerónimo
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Agustín de Hipona (354 - 430)
Oficialmente murió fuera de la
comunión con la Religión Católico-Romana, pero que a pesar de eso, está en los
altares católicos y se le tiene como uno de los más insignes doctores de la Religión
Romana. Sostuvo que LA ROCA en la cual está
fundamentada la Iglesia
es CRISTO.
Como
en el caso de la interpretación tardía y forzada que el catolicismo romano hace
de Mateo 16.13-20, hay otros pasajes del Nuevo Testamento, que de manera
tardía, también, principiaron a manejarse como base de la autoridad del Papa
I. ¿Le entrega Cristo a Pedro el Primado en
Juan 21.15-25?
Como es conocido de muchos, el papa
romano tiene una infinidad de títulos para exaltar su figura más y más cada
día. Uno de esos es el de pastor general de la iglesia.
Uno de los pasajes favoritos a citar
para tratar de hacer aparecer a Pedro
más que a los demás apóstoles, es Juan 21.15-25. En este pasaje, Jesús
ya resucitado, aparece a sus discípulos muy temprano mientras ellos estaban pescando
y toma un desayuno con ellos. Cuando hubieron comido, dice la Escritura, se
establece un diálogo entre Jesucristo y Pedro.
He aquí el texto completo:
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás
¿Me amas más que estos? Le respondió, sí Señor; tú sabes que te amo. Él le
dijo: Apacienta mis corderos.
Volvió a decirle la segunda vez: Simón hijo de
Jonás ¿Me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo:
Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas?
Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le respondió:
Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis
ovejas”
Sacando este episodio de su contexto
pareciera ser que dice lo que la Religión Romana afirma, respecto de un primado
que Cristo le entrega a Pedro, una vez que él ha resucitado. Sin embargo una de
las reglas hermenéuticas más elementales es que un pasaje de la Biblia se
interpreta en su contexto, y no fuera de contexto.
¿Qué es el contexto? Lo que describe
inmediatamente antes y después respecto del episodio en cuestión.
En Mateo 26:31-35 mientras transcurre
la institución de la CENA DEL SEÑOR,
Cristo le anuncia a todos los apóstoles que le negarán, y a Pedro que
éste va a traicionarlo en esa misma noche.
Dice Mateo 26.34-35:
“Jesús le dijo: De cierto te digo que esta
noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo:
Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos
dijeron lo mismo”
Efectivamente, los evangelios
continúan dando testimonio del hecho. En
Mateo 26.69-75 se narran las tres negaciones de Pedro.
Esa noche, Pedro estaba sentado en el
patio del sumo pontífice, y ante una criada que le dijo que él estaba con
Jesús, él contestó que no sabía de qué
hablaba ella.
Salió a la puerta, otra mujer dijo a
los que allí estaban: “También éste
estaba con Jesús el Nazareno” y
él lo negó con juramento: “No
conozco al hombre”
Acercándose a él algunos de los que
estaban allí le dijeron que su manera de hablar lo descubría como galileo, y él
principió a maldecir y a jurar que no conocía “al hombre” Y enseguida cantó el
gallo. Entonces Pedro, se acordó de lo que Jesús le había profetizado
y saliendo fuera se puso a llorar con amargura.
En esta porción de la Palabra vemos
que Pedro al decir “no conozco al
hombre” no sólo se deslindó de Jesús, sino que le calificó como un
hombre cualquiera. Pero el hecho de que lo haya maldecido y jurado que no lo
conocía, hacía de Pedro un varón en condiciones espirituales miserables. Para
el israelita un juramento era un acto sagrado. La declaración que daba con
juramento tenía la característica de que lo hacía en la presencia de DIOS, por
lo tanto, no podía mentir; y si mentía, echaba maldición en su cabeza con su
propia boca.
Así
que cuando Pedro salió del edificio y lloró con amargura, lo hizo porque le
dolía haber negado a Jesús; pero también porque él vio interrumpida su comunión con Dios. En
otras palabras, Pedro para volver a ser el mismo de antes de que él negara a
Jesús, necesitaba ser restaurado.
En comparación con los otros
discípulos, Pedro se sentía en el sótano. Los otros apóstoles, también le
negaron, pero no tres veces y no dice la Biblia que lo maldijeron y que juraron
no conocerlo.
Ahora sí, podemos comprender el
diálogo que registra el evangelista Juan
en su capítulo 21.15-25, cuando Jesús le dice a Pedro: ¿Me amas? Aquí Jesús no está
exaltando a Pedro sobre los otros discípulos, sino restaurándolo y poniéndolo
al nivel de ellos. Pedro estaba siendo ministrado y restituido al apostolado. De ninguna manera puede entenderse el
diálogo como la entrega de un Primado.
En Juan 21.15, la pregunta de Jesús a
Pedro es:
agapaV me pleon toutwn
agapas me pleon toúton
“Me amas más que estos?
Aquí el término clave es agapaw agapao, “Amar con un amor incondicional”
Pedro responde:
oti filo se
oti filo te
En la traducción de nuestra Biblia al
Español, no se nota la distinción, pero en el original, el verbo que usa Pedro
es filew fileo, es decir: “Te aprecio o te quiero”;
pero no es el amar incondicional de Dios. Pedro no podía decir agapao.
Entonces, la tercera vez, Jesús cambia
el verbo agapao, por el verbo fileo y pregunta:
fileiV me
Fileis Me
“¿Me quieres?”
Y Pedro responde:
su ginwskeiV oti filw se
su guinoskeis óti filo se
“Tú conoces que te quiero”
En otras palabras, Pedro no se atrevió en las tres
ocasiones en que Jesús le insistió preguntando: ¿Me amas con un amor
incondicional? a responder: “Te amo” con un amor incondicional, y
le dijo al final; “Tú lo sabes todo,
sabes que te quiero”*
Jesús le dice la primera vez “apacienta mis corderos”
El concepto de PRIMADO, es extraño a
las Escrituras. Por el contrario, Jesús estableció en Marcos 10.43-45:
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