viernes, 31 de mayo de 2013

¿LE ENTREGÓ JESUCRISTO EL PRIMADO A PEDRO?

Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez en
plena ponencia sobre el Papado
INTRODUCCIÓN
Después del Concilio de Nicea, el cual fue convocado, presidido y definido por Constantino el Grande; León I, obispo de Roma en el siglo V (440-460) por primera vez se atrevió a interpretar Mateo 16.18-19, Lucas 22.31-32 y Juan 21.15-17 como ahora los entiende la Religión Romana.

A continuación algunos ejemplos de lo que venimos discurriendo:

JUAN CRISÓSTOMO (345 - 407)

Muy notable líder cristiano del Oriente, a pesar de ser uno de los promotores de la festividad navideña en Antioquia de Siria, es un fiel reflejo del pensamiento cristiano de sus tiempos en cuanto al papado. 

Juan Crisóstomo sostuvo que “La roca en la cual está fundada la iglesia es la Confesión de Fe que Pedro pronunció: TU ERES EL CRISTO, EL HIJO DE DIOS VIVIENTE” Sobre esa confesión de fe de Pedro está fundada la Iglesia, sostuvo el pensador.

JERÓNIMO (349 - 420)
Otro Gran Doctor de la Iglesia quien sostuvo que el canon del Antiguo Testamento debería estar sin los libros apócrifos, creía del mismo modo que Juan Crisóstomo, esto es, que la Roca era la Confesión: TU ERES EL CRISTO, EL HIJO DE DIOS VIVIENTE

AGUSTÍN DE HIPONA (354 - 430)
Oficialmente murió fuera de la comunión con la Religión Católico-Romana, pero que a pesar de eso, está en los altares católicos y se le tiene como uno de los más insignes doctores de la Religión Romana. 

Sostuvo que LA ROCA en la cual está fundamentada la Iglesia es CRISTO.

Como en el caso de la interpretación tardía y forzada que el catolicismo romano hace de Mateo 16.13-20, hay otros pasajes del Nuevo Testamento, que de manera tardía, también, principiaron a manejarse como base de la autoridad del Papa.

I. ¿LE ENTREGA CRISTO A PEDRO EL PRIMADO EN
JUAN 21.15-25?
Como es conocido de muchos, el papa romano tiene una infinidad de títulos para exaltar su figura más y más cada día. Uno de esos es el de pastor general de la iglesia.

Uno de los pasajes favoritos a citar para tratar de hacer aparecer a Pedro más que a los demás apóstoles, es Juan 21.15-25. En este pasaje, Jesús ya resucitado, aparece a sus discípulos muy temprano mientras ellos estaban pescando y toma un desayuno con ellos. Cuando hubieron comido, dice la Escritura, se establece un diálogo entre Jesucristo y Pedro.

He aquí el texto completo:

“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás ¿Me amas más que estos? Le respondió, sí Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos.

Volvió a decirle la segunda vez: Simón hijo de Jonás ¿Me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿Me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”

Sacando este episodio de su contexto pareciera ser que dice lo que la Religión Romana afirma, respecto de un primado que Cristo le entrega a Pedro, una vez que él ha resucitado. Sin embargo una de las reglas hermenéuticas más elementales es que un pasaje de la Biblia se interpreta en su contexto, y no fuera de contexto.

¿Qué es el contexto? Lo que describe inmediatamente antes y después respecto del episodio en cuestión.

En Mateo 26:31-35 mientras transcurre la institución de la CENA DEL SEÑOR, Cristo le anuncia a todos los apóstoles que le negarán, y a Pedro que éste va a traicionarlo en esa misma noche. 

Dice Mateo 26.34-35: “Jesús le dijo: De cierto te digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro le dijo: Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo mismo”

Efectivamente, los evangelios continúan dando testimonio del hecho. En Mateo 26.69-75 se narran las tres negaciones de Pedro. 

Esa noche, Pedro estaba sentado en el patio del sumo pontífice, y ante una criada que le dijo que él estaba con Jesús, él contestó que no sabía de qué hablaba ella. 

Salió a la puerta, otra mujer dijo a los que allí estaban: “También éste estaba con Jesús el Nazareno” y él lo negó con juramento: “No conozco al hombre”

Acercándose a él algunos de los que estaban allí le dijeron que su manera de hablar lo descubría como galileo, y él principió a maldecir y a jurar que no conocía “al hombre” Y enseguida cantó el gallo. Entonces Pedro, se acordó de lo que Jesús le había profetizado y saliendo fuera se puso a llorar con amargura.

En esta porción de la Palabra vemos que Pedro al decir “no conozco al hombre” no sólo se deslindó de Jesús, sino que le calificó como un hombre cualquiera. Pero el hecho de que lo haya maldecido y jurado que no lo conocía, hacía de Pedro un varón en condiciones espirituales miserables. Para el israelita un juramento era un acto sagrado. La declaración que daba con juramento tenía la característica de que lo hacía en la presencia de DIOS, por lo tanto, no podía mentir; y si mentía, echaba maldición en su cabeza con su propia boca. 

Así que cuando Pedro salió del edificio y lloró con amargura, lo hizo porque le dolía haber negado a Jesús; pero también porque él vio interrumpida su comunión con Dios. En otras palabras, Pedro para volver a ser el mismo de antes de que él negara a Jesús, necesitaba ser restaurado. 

En comparación con los otros discípulos, Pedro se sentía en el sótano. Los otros apóstoles, también le negaron, pero no tres veces y no dice la Biblia que lo maldijeron y que juraron no conocerlo. 

Ahora sí, podemos comprender el diálogo que registra el evangelista Juan en su capítulo 21.15-25, cuando Jesús le dice a Pedro: ¿Me amas? Aquí Jesús no está exaltando a Pedro sobre los otros discípulos, sino restaurándolo y poniéndolo al nivel de ellos. Pedro estaba siendo ministrado y restituido al apostolado. De ninguna manera puede entenderse el diálogo como la entrega de un Primado.

En Juan 21.15, la pregunta de Jesús a Pedro es: 

AGAPAS ME PLEON TOÚTON

“ME AMAS MÁS QUE ESTOS?

Aquí el término clave es  AGAPAO, “AMAR CON UN AMOR INCONDICIONAL” 

Pedro responde: 

OTI FILO TE

En la traducción de nuestra Biblia al Español, no se nota la distinción, pero en el original, el verbo que usa Pedro es FILEO, es decir: “Te aprecio o te quiero”; pero no es el amar incondicional de Dios. Pedro no podía decir AGAPAO.
Los católicos le besan el dedo gordo del pie
derecho en la plaza de San Pedro en Roma
porque los engañan diciendo que es San
Pedro. Pero se trata de una antiguo estatua
de Apolos, dios griego.


Entonces, la tercera vez, Jesús cambia el verbo AGAPAO, por el verbo FILEO y pregunta: 

FILEIS ME

“¿ME QUIERES?”

Y Pedro responde: 

SU GUINOSKEIS ÓTI FILO SE

“TÚ CONOCES QUE TE QUIERO”

En otras palabras, Pedro no se atrevió en las tres ocasiones en que Jesús le insistió preguntando: ¿Me amas con un amor incondicional? a responder: “Te amo” con un amor incondicional, y le dijo al final; “TÚ LO SABES TODO, SABES QUE TE QUIERO”* 

Jesús le dice la primera vez “apacienta mis corderos”

El concepto de PRIMADO, es extraño a las Escrituras. Por el contrario, Jesús estableció en Marcos 10.43-45: 

“Pero no será así entre vosotros, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor. Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”


II. ¿HAY DELEGACIÓN DE AUTORIDAD PAPAL 
EN LUCAS 22.31-32?

Dicen los curas, el hecho de que Satanás haya pedido a Pedro para ser zarandeado, y que Cristo le ofrezca una misión especial para confirmar a sus hermanos después de la prueba, es clara evidencia de que Pedro tenía una misión superior a los demás apóstoles.

¿Qué dice la Escritura exactamente? Lucas 22.31-32 dice: 

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”.

Al respecto podemos decir cuando menos lo siguiente:

1. El Señor declara que todos los discípulos han sido pedidos para ser zarandeados como a trigo, no solamente a Pedro, como comúnmente se entiende.

2. Es verdad que Cristo le dice a Pedro: “...pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte...” Esta expresión alcanza su máximo significado, si recordamos los pasajes ya estudiados en este mismo capítulo, en los cuales Pedro niega, jura no conocer “al hombre” y aún lo maldice. Marcos 14.71 dice: “Entonces él (Pedro), comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis” 

En otras palabras, Pedro llegaría a estar en una condición espiritual muy próxima a la de Judas. Judas no se arrepintió. Pero el Señor rogó porque Pedro sí tuviera un arrepentimiento genuino.

3. Es determinante para el caso de lo que estamos estudiando la expresión del original Griego, para la expresión: “...y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos” La expresión griega que se traduce en nuestras Biblias, una vez vuelto es, POTE EPISTRÉFAS, que literalmente significa, ‘CUANDO TE CONVIERTAS”, eso quiere decir que la condición de Pedro llegaría ser de tal magnitud que requeriría de Una Conversación al Señor. En este contexto las palabras del Señor tienen una fuerte intención de ministrarle a Pedro para las necesidades intrínsecas de Pedro más que para que él esté al frente de la iglesia o que sea primado en alguna jerarquía. Por favor, disfrutemos la enorme distancia que hay entre lo que realmente dice la Biblia con lo que el romanismo pretende que diga.

4. En la expresión final: “...una vez vuelto, confirma a tus hermanos” el término griego para confirmar aquí es: STÉRISON, que literalmente significa: “FORTALECE” a tus hermanos. Resulta obvio afirmar que cuando un hermano en la fe cae, se aparta y luego regresa al redil del Señor, su fe nos fortalece. Pero de allí a que eso implique que el descarriado y recién reintegrado al rebaño, por el hecho de haber regresado ya recibió el primado, es un absurdo.

5. Y sobre todo, si se lee completo el capítulo 22 de Lucas. Pues las palabras del Señor a que hemos hecho referencia, vienen antecedidas de los versículos 24-30, en donde Jesús enseña quién es el mayor en el reino de los cielos. Concretamente en los versículos 25 y 26 dice: 

“Pero él les dijo: Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y sobre los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores, mas no será así entre vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven y el que dirige como el que sirve” 

Así que mientras el Romanismo pretende hallar en este capítulo base escrituraria para fundamentar la autoridad papal y la afirmación bíblica de una jerarquía piramidal, Jesucristo de manera tajante y categórica dice que en la iglesia, las cosas son totalmente diferentes.

III. LAS LLAVES DEL REINO

La cantaleta tan popular de que Pedro tiene las llaves del cielo y que él determina quién entra o no mismo, es sin duda alguna, un total disparate teológico.

Veamos lo que dice el pasaje bíblico en referencia. Mateo 16.19 dice: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos y todo lo que desatares en la tierra, será desatado en los cielos”.

Siempre el contexto nos saca de toda duda. Si el pasaje anterior es parte del establecimiento del papado sobre Pedro, ya que este versículo hay que estudiarlo, junto con el anterior en donde hemos establecido quien es la roca, entonces veamos lo siguiente:

1. ¿Qué tanta infalibilidad papal tenía Pedro a partir de ese momento? Dice la Biblia que un poco después de que Jesús le dijo a Pedro lo de las llaves, Jesús dijo a todos que él iba a morir, y Pedro lo llama aparte para reconvenirle, que de ninguna manera acepte el Señor la muerte, y entonces Cristo le dice a Pedro: “¡Quítate de delante de mí Satanás!, me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios; sino en las de los hombres” Si el papa no se puede equivocar cuando habla ex cátedra ¿por qué aquí Pedro se equivocó?

2. Jesús le dice a Pedro “...te daré las llaves del reino de los cielos...” No, “las llaves del cielo” Todos los mitos que se han tejido en torno a Pedro a la puerta del cielo para decidir quién entra y quién no, son una vez más, engendro de mentira. Para entender la expresión de Jesucristo: “Te daré las llaves del reino de los cielos”, solamente hay que preguntarnos, ¿cuándo fue que Pedro las usó? Y la respuesta es obvia. En el día de Pentecostés, cuando una vez venido el Espíritu Santo, Pedro puesto en pié abre la era de la predicación evangélica, trayendo como resultado la conversión de tres mil varones. 

3. Así que, las llaves del reino de los cielos, son las llaves de la predicación del Evangelio. En ese sentido dichas llaves están en las manos de cada verdadero creyente. Es a todos que Jesús ordena: “Id por todo el mundo, predicad el Evangelio a cada criatura” (Marcos 16.15) Y una vez más, aquí no hay indicios de jerarquía religiosa ni primacía papal, sólo el privilegio de que Pedro fuera el primero en predicar el mensaje.

El Nuevo Testamento tiene 27 libros, de los cuales cuando menos 13 seguramente fueron escritos por Pablo, entre tanto que Pedro escribió dos epístolas relativamente cortas. Resulta obvio que Pedro mira como algo especial “la sabiduría que le ha sido dada a Pablo” (II Pedro 3.15-16). La lógica nos obliga a pensar que si Pedro es el Papa designado por Jesucristo para representarlo en la tierra y de éste vendrían todos sus sucesores; que entonces, Pedro debiera tener más revelación que ninguno otro de los apóstoles.

CONCLUSIÓN

De acuerdo a lo hasta aquí estudiado en las Sagradas Escrituras, Pedro, ni era Papa, ni presidía a los apóstoles, ni era primado en la Iglesia en Jerusalén, ni fue enviado a los gentiles, ni tenía mayor revelación que otros apóstoles, ni tuvo un gobierno sobre la Iglesia Primitiva. Sencillamente el Pedro de la Biblia, es un auténtico siervo de Jesucristo, que nada tiene que ver con el “Pedro mitológico” que el romanismo ha construido entre LA HERIDA DE LA BESTIA QUE SANO.

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