Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y su amado hijo Adi, a quien cargó cuando era un niño pequeño y ahora es uno de sus brazos fuertes de trabajo. |
“Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el REBAÑO en que el Espíritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él
ganó por su propia sangre.”
OBJETO DEL PRESENTE CAPÍTULO:
Que los pastores tomemos nueva
conciencia de la importancia de tener discípulos. Que son realmente ovejas del
Señor que merecen la atención óptima y expedita. Dice Proverbios 27:23: “Sé
diligente en conocer el estado de tus OVEJAS, y mira con cuidado por tus
rebaños”
INTRODUCCIÓN:
Cuenta la Historia que los
primeros pastores metodistas de Inglaterra en el siglo VIII, murieron casi
todos del corazón y muy jóvenes, oscilando entre los 30 años, debido a su
consagración y entrega para obra de Dios. Cuando eran presididos por el Dr. Juan
Wesley en sus memorables conferencias pastorales, cada predicador tenía atado
su caballo fuera del templo con la maleta ya hecha, y sólo esperaban escuchar
el nombramiento que les daba Wesley para salir corriendo rumbo al lugar en que
eran asignados para predicar.
También la Historia da testimonio de los predicadores reformados que fueron
discípulos del Dr. Juan Calvino. De cómo él los instruía en la Palabra. Y de
varios países de Europa le pedían que enviara predicadores. Y aun cuando muchos
de ellos fueron quemados en la hoguera por la sangrienta Inquisición; muchos
jóvenes le suplicaran ser los privilegiados en ir cuanto antes a compartir el
Evangelio.
1.- DILIGENCIA:
Actualmente, hay muchos pastores que se apacientan a sí mismos como dice Dios
en Ezequiel 34:2: “Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y
di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel,
que se APACIENTAN a sí mismos! ¿No APACIENTAN los pastores a los rebaños?”
Es de lamentarse que
muchos pastores están más preocupados por su fama, su prestigio, su comodidad
material que por vigilar el adelanto del Reino de Dios, y no hacen un genuino
sacrificio en desvelarse por cuidar del rebaño del Señor. Proverbios 27.23
sigue siendo parte de la Biblia y debe cumplir al pie de la letra.
2.- EL CONSEJO DE DIOS.
Debe haber responsabilidad constante en compartir la Palabra de Dios en
nuestras iglesias, tal como lo hacía Pablo. Dice Hechos 20.26-28: “Por
tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos;
porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por
vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por
obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia
sangre”.
3.- LA AMPLITUD DEL
MENSAJE. Los pastores para fortalecer a los discípulos y lograr un crecimiento
a la estatura del varón perfecto requieren un alimento nutritivo, balanceado y
completamente bíblico. Dice Lucas 24:27: “Y comenzando DESDE MOISÉS, y siguiendo por
todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían”.
El hilo de oro que hilvana todas las Escrituras es Jesucristo. Cuando alguien
machaca con la torah, el sábado, el idioma hebreo, no es pastor, es una oveja
extraviada. Si tienes el privilegio de ser un pastor, cuida de que el enemigo
no te reduzca a ser una oveja extraviada. Cada pastor debe tener una meta: que
sus discípulos lleguen a la estatura del varón perfecto, como lo dice Efesios
4:13: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a un VARÓN PERFECTO, a la medida de la estatura de la plenitud de
Cristo”
A eso debemos concentrar
nuestra atención. Entreguemos al Señor ovejas perfectas y santas como dice Dios
de Job, en Job 2:3: “Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado
a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, VARÓN PERFECTO y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal, y que todavía retiene su integridad, aun
cuando tú me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa?”
La Comunidad Cristiana Filadelfia en una ponencia magistral en céntrico hotel de la ciudad de México. |
4.- TENGAMOS UNA
SUPERVISIÓN CONTÍNUA. En concordancia con los temas de este libro, cuidemos
estar seguros de que entre la gente que asiste a los cultos de la iglesia en
donde somos pastores, no hay poseídos de demonios, no hay oprimidos por el
diablo, no hay personas con una marca de rechazo, o gente con amargura. Sino
que cuidemos de que nuestros discípulos viven la vida cristiana que eds una
vida abundante y con propósito como lo dijo el Señor Jesucristo en Juan 10.10:
“El
ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que
tengan VIDA, y para que la tengan en abundancia.”
CONCLUSIÓN:
De los ministerios que las
iglesias tengan, dependerá que los discípulos sean sanos, fuertes y productivos
para la obra de Dios, o sufran enanismo espiritual por falta de nutrición y
cuidado oportuno.
Pero proclamo en fe, que
se avecina un avivamiento sin precedentes y que los primeros en darse cuenta
serán nuestros discípulos por la calidad de atención pastoral que estarán
recibiendo.
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