El Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y su esposa la Apóstol Profra. Esther Castro de Sánchez. Han compartido el ministerio por 43 años. |
“A fin
de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación
del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo”
Efesios 4.12-13
PROPÓSITO DE ESTE BLOG:
Que evitemos el enanismo espiritual en
nuestras iglesias. Que a cada persona que ganemos para Jesucristo o que sea
traído por Dios a nuestras congregaciones, puedan experimentar un genuino crecimiento
espiritual, hasta llegar a la estatura del varón perfecto.
INTRODUCCIÓN.
Es
asombroso el trabajo que realizan las enfermeras y trabajadoras sociales en una
guardería. Hay que admirar su habilidad y su paciencia para tratar de atender a
cada criatura que está en un establecimiento como éstos. Porque un bebé
necesita cambio de pañales, y otro tiene frío. Uno llora por hambre y otro
tiene un cólico. Un bebé vomitó, y el otro no para de llorar. Y el personal
corre de un lugar a otro tratando de atender a todos. Es una guardería.
Muchas
veces, he llegado a congregaciones así. No hay cristianos maduros, únicamente
bebés que requieren una atención unipersonal permanente, y el pastor es el “mil
usos”. Es el predicador, es el director de alabanza, es el maestro en la
escuela de discipulado, es el visitador de los enfermos, es el diácono, es el
conserje, es el guardapuerta, es el mandadero, es el pintor, el carpintero, el fontanero
de la iglesia. No hay alguien que ayude, no hay alguien capacitado para ayudar,
No hay nadie que enseñe, nadie que predique, nadie que ministre con los dones
del Espíritu Santo. ¿Se trata de un ejército? ¡No! Es una guardería.
1.- DEPENDEMOS DE LA GRACIA DE DIOS.
La
obra de Dios sólo puede hacerla Dios. Por eso exclama Salmos 127:1: Si Jehová no EDIFICARE la casa,
en vano trabajan los que la EDIFICAN; Si Jehová no guardare la ciudad, en vano
vela la guardia”. Pero quizá la expresión bíblica más contundente es
Eclesiastés 11:5 que dice: “Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o
cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra
de Dios, el cual hace todas las cosas”.
2.- SOMOS UN CUERPO.
Los
cinco ministerios de Efesios 4.11 deben ser los primeros en estar conscientes
de que es la Iglesia de Jesucristo, somos un cuerpo. Y en un cuerpo cada
miembro tiene funciones diferentes pero complementarias. Dice 1 Corintios
12:20: “Pero ahora son muchos los miembros, pero el CUERPO es uno solo”.
Los
ministerios deben estar vigilantes de que entre los discípulos de una iglesia
local no haya desavenencias, sino que todos se amen y se apoyen mutuamente.
Dice 1 Corintios 12:25: “para que no haya desavenencia en el CUERPO,
sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros”. Lo
anterior produce un crecimiento sano de cada discípulo.
3.- PROFUNDIZAR EN LA PALABRA.
Cuando
eres un pastor y entiendes el alcance de las declaraciones bíblicas no puedes
menos que asombrarte. Dice Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque LE FALTÓ
conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del
sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus
hijos.” Aquí no dice que el pueblo no tuvo conocimiento, si tenía, pero
no el conocimiento suficiente. ¡Qué triste realidad puede palparse en muchas de
nuestras iglesias! Por eso el discipulado en nuestras iglesias no puede ser
optativo. ¿Alguien quiere ser discípulo de nuestra iglesia? Que se sujete y
curse todos los noveles de discipulado que nuestra iglesia ofrece. ¿De qué
calidad era el discipulado de los primeros apóstoles en Jerusalén? Lo podemos
saber con un solo versículo de la Biblia en Hechos 8.4: “Pero los que fueron esparcidos
iban por todas partes anunciando el evangelio.” Los apóstoles no
enseñaban la Palabra a sus discípulos solo para entretenerlos con chistes y
chascarrillos. Les enseñaban la Palabra con la finalidad de que ellos más
adelante pudieran enseñarla a nuevos discípulos.
4.- QUE LOS DISCÍPULOS PARTICIPEN:
Cuando
mi hijo primogénito era un niño pequeño, un día al verme pintar la sala, vino y
me dijo: “papá, yo pinto”, tomó la primera brocha que encontró la mojó en un
bote de pintura de color diferente al que estaba usando en ese instante y
salpicó lo que yo acababa de pintar. Y me preguntó: “¿Así papito?” y le dije “Claro que sí mi hijito, así”
Conozco
ministerios maduros muy experimentados que nunca le darán una oportunidad a sus
discípulos a que se equivoquen a que canten desentonados, a que digan al revés
un versículo en el púlpito. Son tan perfeccionistas que castran la
participación de sus discípulos.
Hermano, deja que tu niño salpique de otro color tus mensajes y tu obra
perfecta de predicador. ¡Que crezcan nuestros discípulos!
5.- SANTIDAD DE VIDA. Es clara la Palabra en Hebreos 12:14: “Seguid
la paz con todos, y la SANTIDAD, sin la cual nadie verá al Señor”. Sin
embargo, santidad no es un legalismo estéril, sino la manifestación de la vida
de Jesucristo en nosotros en toda su dimensión. Los pastores debiéramos cuidar
de que nuestros discípulos, realmente estén creciendo en santidad.
CONCLUSIÓN:
En
la medida en que un discípulo se involucra en la visión de su congregación,
crece en responsabilidad, madura en ubicación y tiene hambre de crecer en el
conocimiento de la Palabra. Las iglesias que crecen y se reproducen son
iglesias que tienen apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros
visionarios con la urgencia de que al llegar el relevo generacional no habrá
crisis por falta de nuevos ministerios. Ve a una iglesia así, y encontrarás
discípulos que están creciendo hacia la estatura del varón perfecto Cristo
Jesús.
Resulta
altamente significativo lo que expresa del Señor Jesús el evangelista en Lucas 2:52: “Y Jesús crecía en sabiduría y en
ESTATURA, y en gracia para con Dios y los hombres”.
Cierro
este capítulo con la idea principal con que principié a escribir. Y por
supuesto, es indiscutible la inspiración del Espíritu Santo en Efesios 4:13: “hasta
que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a
un varón perfecto, a la medida de la ESTATURA de la plenitud de Cristo”
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