Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez con su hijo menor el Profeta Joel Obed Sánchez Castro y un grupo de discípulos ministeriales. |
La Religión Católica Romana insiste en su postura
anti-bíblica de SALVACIÓN POR FE MÁS OBRAS. La Reforma surge con la potencia del
Espíritu Santo proclamando “SOLA FIDE” (Sólo la fe). Que la Biblia establece
que LA SALVACIÓN ES POR LA FE.
Martín Lutero, leyendo su Biblia en Latín encontró Romanos 1.17:
“Porque
en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está
escrito: Mas el justo por la fe vivirá.” Y puso una nota marginal con
su puño y letra: “Fide sola”. Muchos curas con un corazón torcido hay
propagado la calumnia de que Lutero alteró el texto de la Biblia en este punto.
Pero lo único que hizo fue poner una nota marginal para recordar la tremenda
revelación que Dios le dio a partir de ese pasaje.
APARENTE CONTRADICCIÓN.
Los teólogos católicos usan de manera aislada versículos
como Santiago 2:24: “Vosotros veis,
pues, que el hombre es justificado por las OBRAS, y no solamente por la fe.”
¿Será que hay una contradicción entre lo que afirma Romanos 1.17 y lo que
afirma Santiago 2.24? ¡NO! Y mil veces no. EN LA BIBLIA NO HAY CONTRADCCIONES.
En la Biblia hay una armonía completa, perfecta y sin lugar a dudas.
La inamovible postura teológica de los Reformadores del
siglo XVI en cuanto a la salvación, únicamente por la fe en Jesucristo sigue
firme. Y sigue firme porque es la revelación bíblica.
Jamás será removida la revelación de Gálatas 3:11: “Y
que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El
justo por la FE vivirá”
¿Por qué entonces hay quienes ven un conflicto entre la fe y
las obras? Por falta de revelación. En la Biblia no hay pugna entre la fe y las
obras. Hay armonía y consecuencia.
La salvación se obtiene poniendo nuestra fe en Jesucristo
(Efesios 2.8) Pero la mejor manera de probar que hay una fe auténtica y que
hemos sido salvos, es mediante nuestras obras.
Así que, las obras no son requisito para ser salvos, sino
prueba de que ya hemos sido salvos. Tal como lo afirma I Pedro 2.12: “Manteniendo buena vuestra
manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros
como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al
considerar vuestras BUENAS OBRAS”.
CERTEZA DE LA SALVACIÓN POR LA FE.
Esta es la entrada en donde sobre una puerta de madera, Luterio clkavó sus 96 tésis el 31 de octubre de 1517. Actualmente la puerta es de bronce y tiene grabadas las 95 tésis. |
El que nos salva es Jesucristo, y nosotros andamos en las
buenas obras que Él preparó de antemano para que andemos en ellas. (Efesios
2.10)
Así que con gratitud y voz de júbilo, celebremos el 496
aniversario del inicio de la Reforma Protestante, que ha llegado hasta nosotros
por gracia de Dios.
Pablo al disertar en Romanos 4.5-11 lo expone con una claridad
diáfana en estos términos: “Mas al que no obra, sino cree en aquel que
justifica al impío, su fe le es contada por justicia. Como también David habla de la bienaventuranza
del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo:
Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,
Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no
inculpa de pecado. ¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la
circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a
Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la
circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la
incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia
de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los
creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada
por justicia”
LAS OBRAS DE SUPER EROGACIÓN.
Los curas en su afán de insistir en la salvación por la fe y
por las obras han caído en las aberrantes y grotescas posturas de las obras de súper-erogación
que “acumuló la religión romana” para luego venderlas a los católicos mediante
indulgencias.
Dicha falacia es que hay católicos que hacen más obras buenas de las que necesitan para entrar al cielo, entonces al hacer
cuentas, ellos le donan a la santa madre
iglesia católica las obras que le sobran. Entonces esas obras se han acumulado
a lo largo de los siglos y mediante la autoridad papal de León X, ordenó la
venta de dichas obras buenas (llamadas de súper erogación) para que los que no tenían
buenas obras suficientes, pudieran comprarlas y así evitar o acortar el
sufrimiento del purgatorio.
EL Arzobispo Alberto de Maguncia que recibió la autorización
de comerciar las indulgencias, a su vez le delegó la venta a Juan Tetzel que
era un monje dominico quien con respaldo papal, ordenaba que a la ciudad en
donde llegara, tuvieran que redoblar las campañas de todas las parroquias, toda
la gente tenía que acudir a escuchar su perorata. Perorata que terminaba diciendo:
“Cuando tu dinero cae en el fondo de mi arca, tu difunto vuela del purgatorio
al cielo
La reacción del Dr. Martín Lutero, fue la publicación de sus
95 tesis. Por ejemplo la tesis 66 dice: “Los tesoros de las indulgencias son
redes con las cuales ahora se pescan las riquezas de los hombres”
Tetzel vendiendo indulgencias que garantizaban el perdón de los pecados pasados, presentes y futuros sin necesidad de arrepentimiento ni purgatorio. |
Federico III de Sajonia, y el príncipe del territorio
vecino, Jorge el Barbudo, duque de Sajonia, prohibieron la venta en sus
dominios, feligreses de Lutero viajaron para comprarlas. Cuando estos creyentes
venían luego a confesión, presentaban las indulgencias plenarias que habían
adquirido, demandando que ya no necesitaban arrepentirse de sus pecados, puesto
que el documento prometía perdón para todos ellos y más. Habían oído que al haber
comprado las indulgencias, tenían perdonados sus pecados pasados, presentes y
futuros.
CONCLUSIÓN
Habría que profundizar más en el devenir histórico de Europa (en este caso), para entender mejor el porqué de la reacción de los reformadores
ante los abusos sin límite del clero romano, la acogida multitudinaria del
mensaje de la SALVACIÓN POR LA FE y la
vigencia de la REFORMA RELIGIOSA DEL SIGLO XVI. Por lo pronto nosotros decimos
con Pablo en la I Timoteo 1:17: “ Por tanto,
al Rey de los siglos, INMORTAL, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y
gloria por los siglos de los siglos. Amén”.
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