Apóstol Dr. Gabriel Sánchez Velázquez y su amada esposa la Profra. y Apóstol Esther Castro de Sánchez, quienes contrajeron matrimonio el 8 de agosto de 1970. |
“No se nieguen el uno al otro, a no ser por
algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparse sosegadamente en la
oración; y vuelvan a juntarse en uno, para que no les tiente Satanás a causa de
su incontinencia” 1 Cor.7:5.
INTRODUCCIÓN
Matrimonio: regresa la pasión.
En varios artículos de Sexualidad sana hemos tratado el fenómeno del declinar
del deseo sexual con el tiempo. El deseo en esas condiciones no sólo podría
disminuir sino hasta desaparecer, particularmente en la mujer. Sin embargo no
se conoce concretamente qué factores contribuyen a este proceso. Para intentar
dilucidarlo Karen E. Sims y Marta Meane, 2010, condujeron entrevistas a 19
mujeres casadas en las que el deseo sexual había declinado. Se les hizo dos
preguntas: ¿A qué se podía deber? y ¿Qué
factores impedirían su restauración?
A) DE SUPREMA IMPORTANCIA
Cuando un matrimonio luce
bello por fuera es que en la intimidad hay acuerdo mutuo. Este principio
irrenunciable para los matrimonios estables y felices, se encuentra así en las
Sagradas Escrituras: “No se nieguen el uno al otro, a no ser por
algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparse sosegadamente en la
oración; y vuelvan a juntarse en uno, para que no les tiente Satanás a causa de
su incontinencia” (1 Cor.7:5).
Para cultivar la armonía con tu pareja, tienes que buscar el acuerdo entre
ustedes, porque éste constituye el medio por el cual los esposos logramos la verdadera armonía y el compañerismo que
deseamos en nuestro respectivo matrimonio.
En todas las decisiones y cada
asunto que tenemos que resolver, Dios quiere que los esposos recordemos que
somos uno y busquemos el acuerdo justo y
equitativo.
El apóstol Pablo enseñó este principio cuando
escribió a los corintios acerca de las decisiones en lo más íntimo de la
relación matrimonial: la unión
sexual.
a) DEBE HABER UN FUNDAMENTO SÓLIDO.
Si un matrimonio se establece
con bases sólidas, hay mucha garantía de éxito. Será un matrimonio armonioso. Y
¿cuáles son esas bases sólidas?
Aquí anoto lo que a muchos
consejeros matrimoniales consideramos que es primordial, aparte de una
estabilidad económica y un nivel académico similar, un antecedente cultural
común, lo fundamental es que ambos cónyuges se amen intensamente y quieran
vivir unidos y fusionarse en un solo ser.
Decir que una pareja se ama
intensamente, será siempre algo relativo. Pues no todos entendemos lo mismo por
amar. Pero que sí es verdad es que cuando hay una decisión sincera de compartir
la vida con otra persona y un sentimiento fuerte de atracción mutua. Se vivirá
con mayores ventajas, que en los casos en que un cónyuge se casó por necesidad,
por conveniencia o por lástima.
Creo que es aquí donde cabe la
expresión paulina no siempre bien comprendida. I Tesalonicenses 4.5 Pablo afirma: “no en pasión de concupiscencia,
como los gentiles que no conocen a Dios”
He escuchado explicaciones de
algunos líderes religiosos con escasa información académica que tuercen este
versículo al grado de aconsejar que dos esposos solo deben tocarse ligeramente
para procrear hijos y ya. Pero la expresión de Pablo está lejos de esa
interpretación errónea; ya que afirma Génesis 1.31: “Y vio Dios todo lo que había
hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el
día sexto” Y fue Dios mismo quien creó al ser humano con sexo, no así
los ángeles que son asexuales.
Entonces, si Dios creó al
hombre y lo dotó de sexualidad es para que dentro de sus mandamientos, el
hombre disfrute plenamente de esa área de su vida.
Cuando una pareja, y
particularmente la mujer, vienen al matrimonio con una idea herrada del papel
maravilloso que juega le sexo en la vida de un matrimonio, tendrá tropiezos, y
muy serios.
b) EVÍTESE EL RECHAZO EN LA INTIMIDAD.
La expresión griega: mh apostereite allhlouV “me apostereite allelous” que se ha
traducido: “No se nieguen el uno al otro”, literalmente debe traducirse. “no os
privéis el uno del otro” e inmediatamente pone la razón. Hay un grave peligro
cuando uno de los cónyuges toma una actitud de rechazo o negación en las
relaciones íntimas; y es que la incontinencia del otro cónyuge queda expuesta a
buscar a otra persona con quien
establecer las relaciones negadas por su pareja.
En otras palabras, aquí se
expone la raíz fundamental para el adulterio. En mi trato directo con cientos y
cientos de familias con problemas de adulterio, he descubierto que, todo
marchaba bien hasta que el cónyuge que se presenta en mi oficina como la víctima
de una traición, resultó ser la causante del adulterio de su pareja. ¿Por qué?
Porque su pareja le buscó, le buscó y le buscó, y ésta se negó, se negó y se
negó.
Entonces a la luz del día,
nada estaba sucediendo, pero en la intimidad había llegado la ruptura.
c) PROCÚRESE UNA COMUNICACIÓN FRANCA Y FLUÍDA
En este mismo versículo de I Corintios, la
palabra “mutuo consentimiento”
significa armonía. El término griego es sunfwnou (sunfonou), de
donde también tomamos nuestro vocablo sinfonía.
En América Latina es muy
frecuente que cuando la esposa está insatisfecha sexualmente se queda callada.
Y jamás se lo dirá a su esposo por un falso sentido de humildad o heroísmo.
Pero los tiempos han cambiado. Creo que ya sea el esposo o la esposa, deben tener
la capacidad de comunicar con su pareja estos aspectos íntimos, del mismo modo
como hablan de finanzas, de los hijos o de alguna enfermedad que enfrentan.
Cuando la comunicación es
fluida, se evitan los problemas o se afrontan de manera conjunta.
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